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El número de muertos asciende a 205, el ejército pidió refuerzos en los alrededores de Valencia

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El número provisional de muertos por las inundaciones que azotan España se eleva a 205 fallecidos, anunciaron este viernes las autoridades. Esta cifra podría aumentar aún más porque muchos de los desaparecidos aún son imposibles de localizar.

Es una catástrofe histórica la que ha azotado a España. Al menos 205 personas han perdido la vida en las inundaciones que afectan al país desde el martes, informaron las autoridades este viernes 1 de noviembre. La región más afectada es la de Valencia, donde murieron 202 personas.

Tres días después de esta tragedia, en radios y televisiones se multiplican los pedidos de ayuda y los testimonios conmovedores de vecinos abandonados a su suerte y carentes de todo, a la espera de ayuda estatal.

En Paiporta, una ciudad mártir de 25.000 habitantes que ya ha registrado 62 muertos, una multitud de personas, privadas de agua y electricidad y sin acceso a un negocio desde hace tres días, formaron este viernes cola ante un punto de distribución improvisado. “Lo más importante es la comida y el agua”, explica Ramón Vicente, 73 años, que acudió acompañado de su mujer.

“No nos avisaron”

Los supervivientes también tienen que afrontar actos de saqueo y robo. La policía anunció que ya había detenido a 50 personas. Para hacer frente a la situación, 500 militares adicionales fueron desplegados el viernes por la mañana en la región y otros 500 lo serán el sábado, anunciaron a la prensa el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y el ministro del Interior, Fernando Gran. Marlaska.

Estos refuerzos elevarán a 2.200 el número de militares desplegados en la Comunidad Valenciana. Prueba de la gravedad de la situación, la ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró que el Gobierno está dispuesto a enviar “los 120.000 hombres del ejército si es necesario” y a dejarlos allí mientras “sea necesario”.

Inundaciones en España: el terrible saldo – 01/11

Las prioridades del ejército son reabrir las carreteras para permitir la entrega de ayuda, en particular alimentos, pero también para ayudar en la búsqueda de personas desaparecidas, cuyo número exacto se desconoce, pero es muy elevado. El Gobierno admitió el jueves que se produjeron “decenas y decenas”, lo que sugiere un coste humano extraordinariamente elevado y, sin duda, sin precedentes para una catástrofe natural en la historia contemporánea de España.

Un oficial de la unidad de buzos de la Guardia Civil (el equivalente a la Gendarmería), el comandante Pizarro, declaró en la radio pública que el hallazgo de cadáveres era “permanente”.

“Hay montañas de coches” en el barro, testificó Amparo Fort, alcaldesa de Chiva, una localidad cercana a Valencia. “Muchos están vacíos, pero para otros está claro que tienen ocupantes”.

Alertados demasiado tarde de la gravedad de la situación, muchas personas fueron sorprendidas en sus coches. La incomprensión y el enfado de los vecinos persistían tres días después de la tragedia. “No nos avisaron”, acusó Isabel Ruiz, de 58 años, que esperaba pacientemente recibir ayuda en Paiporta.

“El desastre se habría producido, porque no se puede evitar, pero las personas que viven en zonas bajas podrían haberse refugiado”, asegura. “La alarma se dio cuando el agua ya nos llegaba hasta las rodillas”. Acusado directamente, sobre todo en la prensa, el presidente de la Comunidad Valenciana aún no ha respondido a estas críticas.

No más vigilancia roja

En este panorama sombrío, el viernes, día festivo en España, dio lugar sin embargo a tremendas manifestaciones espontáneas de solidaridad. Por la mañana, miles de personas -cargando escobas, palas, comida e incluso pañales- abandonaron a pie Valencia, ciudad que no se vio afectada por las inundaciones, para dirigirse a las localidades vecinas devastadas. “Lo que encontramos en casa lo llevamos”, comentó Federico Martínez.

El número de estos voluntarios fue tal que las autoridades les pidieron que se quedaran en casa. “Es imperativo, imperativo, que regresen a casa” para no entorpecer el tráfico, lanzó Carlos Mazón, añadiendo que estudia medidas restrictivas “no sólo para los vehículos, sino también para los peatones”.

Aunque el sol brilló el viernes en Valencia, la vigilancia se mantuvo en algunas zonas del sur de España. La Agencia Nacional de Meteorología (Aemet) ha advertido que este fin de semana continuarán las fuertes lluvias. La alerta roja declarada por la mañana en la provincia de Huelva, en Andalucía, ha sido reducida al nivel naranja.

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