El Reino de Marruecos acogió con satisfacción la adopción ayer de la Resolución 2756 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que renueva el mandato de la MINURSO y reafirma la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara. Omar Hilale, representante permanente de Marruecos ante la ONU, acogió con satisfacción esta adopción como una respuesta explícita a las expectativas de Marruecos, confirmando la preeminencia de su iniciativa y recordando el creciente apoyo de la comunidad internacional durante la rueda de prensa celebrada después de la votación.
El texto, que rechaza los intentos de enmienda propuestos por Argelia, subraya el papel de esta iniciativa como única base para lograr una solución duradera y pacífica.. Con esta resolución, el Consejo de Seguridad confirma por decimoséptimo año consecutivo la propuesta marroquí de autonomía, calificando los esfuerzos del Reino de “serios y creíbles”.
La solución de autonomía, bajo soberanía marroquí, cuenta con el apoyo de numerosos Estados miembros y organizaciones internacionales, incluidos 20 países europeos, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y más de un centenar de Estados. “ Esta dinámica internacional refleja un sólido avance diplomático a favor de Marruecos », subrayó Hilale, añadiendo que este apoyo expresa la confianza mundial en la capacidad de esta iniciativa para establecer la estabilidad y la prosperidad en el Sáhara.
Fracaso de los intentos argelinos
El Consejo de Seguridad pide a todas las partes, incluida Argelia, que participen activamente en el proceso político, deplorando la obstrucción sistemática de Argel a la reanudación de las mesas redondas. Al mencionar expresamente a Argelia cinco veces como parte interesada, la resolución destaca su papel en el bloqueo actual. “ Este texto recuerda que Marruecos sigue avanzando en un proceso de cooperación y diálogo, donde algunos todavía prefieren el status quo », afirmó Hilale. Para el Consejo de Seguridad, la actitud de Argelia, que se niega desde hace tres años a reanudar las mesas redondas, es contraria a los esfuerzos diplomáticos y a la búsqueda de un compromiso internacional.
Argelia intentó introducir dos enmiendas centradas en los derechos humanos, pero estas maniobras fracasaron, revelando una vez más el aislamiento de Argel en la escena internacional. En respuesta, el embajador Hilale no dejó de criticar la ironía de la situación: “ ¿Cómo puede un país como Argelia, que persigue a sus oponentes y reprime incluso a los artistas, pretender dar lecciones de derechos humanos? “. Este intento de desvío, descrito como “ espectáculo mal escrito », demuestra, según Hilale, la voluntad de Argel de distraer al Consejo de lo esencial: la solución política viable propuesta por Marruecos.
El texto de la resolución reconoce también los esfuerzos del Reino en la protección de los derechos humanos en las provincias del sur, destacando el papel del Consejo Nacional de Derechos Humanos y sus comisiones regionales en El Aaiún y Dajla. La resolución recuerda también la importancia de cooperar con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la obligación de transparencia en los campos de Tinduf en Argelia, exigiendo una vez más el registro de los refugiados saharauis.
Confianza internacional en el futuro de la diplomacia marroquí
Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad expresa su preocupación por la estabilidad regional, destacando la importancia del alto el fuego y condenando cualquier acción que pueda comprometer las negociaciones. Marruecos, con el apoyo de varias potencias internacionales, está comprometido con un enfoque constructivo hacia el desarrollo económico y social en el Sahara, ilustrando así una visión de paz y seguridad para toda la región del Magreb y el Sahel.
La Resolución 2756, por su contenido y sus silencios, según Omar Hilale, atestigua el fracaso de la diplomacia argelina. La negativa de Argel a votar, una ausencia notable que provocó sonrisas entre los diplomáticos: “ Esta falta de participación subraya la implicación directa de Argelia en esta cuestión y su incapacidad para conseguir apoyo para sus propuestas. », señaló Hilale. Esta posición, que va en contra del compromiso demostrado con los derechos humanos, refuerza a Marruecos en su enfoque de apertura y negociación.
En conclusión, la adopción de la resolución 2756 por el Consejo de Seguridad marca un paso estratégico para Marruecos. Al afirmar que el Consejo de Seguridad sigue siendo la única institución competente para encontrar una solución a la cuestión del Sáhara, el texto expresa una confianza renovada en la diplomacia marroquí y su compromiso con una solución pacífica, pragmática y duradera.
Para Omar Hilale, la comunidad internacional ha tomado nota de los esfuerzos marroquíes y de los bloqueos argelinos y la posición del Reino se ha consolidado. Así, con esta resolución, Marruecos avanza con tranquilidad, fortalecido por el apoyo internacional, para defender la soberanía de su territorio, respetando los principios de paz y diálogo.
El interludio argelino: un espectáculo desordenado que refuerza el aislamiento diplomático
Más allá de la votación de la resolución 2756, la actuación del representante de Argelia ante el Consejo de Seguridad dejó una huella tan dramática como asombrosa. En una intervención considerada torpe por muchos diplomáticos presentes, el representante de Argel intentó modificar la resolución presentando dos enmiendas de última hora, ambas centradas en los derechos humanos, en un intento desesperado de llevar el debate a preocupaciones secundarias. Omar Hilale, con la precisión y claridad que caracterizan a la diplomacia marroquí, no dejó de comentar esta intervención “teatral”, creyendo que carecía cruelmente de coherencia y autenticidad.
El representante argelino lanzó así un emotivo llamamiento a los miembros del Consejo a “estar indignados” por los derechos humanos, una actitud considerada cuanto menos paradójica, viniendo de un país que suele aparecer en los titulares por su represión a la prensa. Libertad y oposición política. Omar Hilale, en respuesta a esta puesta en escena, no dudó en recordar las prácticas sistemáticas de represión en Argelia, subrayando con ironía lo absurdo de ver a un régimen autocrático posar como un dador de lecciones de derechos humanos. “ Este espectáculo, mal guionizado e infundado, delata el amateurismo y el aislamiento de Argel. “, declaró, no sin cierta exasperación ante este intento de desviar la atención.
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