Este jueves, el Ministerio de las Fuerzas Armadas anunció la muerte de un soldado francés el 10 de octubre durante un accidente de tráfico en Yibuti, África Oriental. La víctima, el cabo Vasil Bychyk, del 16.º Batallón de Cazadores de Infantería, acababa de llegar al lugar para una misión de corta duración en el seno de una unidad de las fuerzas francesas estacionadas en Yibuti (FFDJ). Pero ¿por qué Francia mantiene en este país su única y última base militar operativa en África?
Desde hace casi medio siglo, Francia mantiene una importante presencia militar en Yibuti, un país del este de África apenas mayor que Israel y con una población de poco más de un millón de habitantes. Sin embargo, es allí donde está estacionado el mayor contingente de soldados franceses en el extranjero desde 1977, unos 1.500 hombres en 2023, según el Ministerio de las Fuerzas Armadas. Además de los hombres, Francia también cuenta con tanques AMX 10, cañones Caesar, vehículos blindados, helicópteros de combate e incluso aviones de combate Mirage 2000-5.
La puerta sur del Mar Rojo
Según Sonia le Gouriellec, profesora de ciencias políticas en la Universidad Católica de Lille, especialista en el Cuerno de África, la presencia de Francia en Yibuti es y ha sido siempre estratégica: “esta base nos permite, en primer lugar, proyectar rápidamente fuerzas en caso de crisis”, explica. Y por citar a Jordania, Irak, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo o incluso el Sahel con las operaciones Serval y Barkhane. “Djibouti es tanto más importante para Francia cuanto que es su última plaza africana”, añade Jean-Marie Collin, asesor en materia de defensa. “También es un lugar de rodaje y de entrenamiento”, explica. Donde formamos “una reserva de fuerzas avezadas, aclimatadas y entrenadas”, reconoce el Ministerio de las Fuerzas Armadas.
Incluso hoy en día, la importancia estratégica de Yibuti sigue siendo esencial para los intereses franceses, en particular porque el país “domina el acceso meridional al Mar Rojo gracias a su proximidad a Bab el-Mandeb (BEM)”, subraya el especialista. BEM por el que pasa cada año “el 15% de los bienes comercializados en el mundo”, continúa. “La base marítima de Yibuti permite luchar contra los ataques de los piratas somalíes”, insiste Jean-Marie Collin. También resulta útil para “vigilar las actividades de los rebeldes hutíes en Yemen”, apoyados por Irán, que atacan a barcos comerciales en el Mar Rojo, señala Sonia Le Gouriellec.
Además, si Francia fue la primera en instalar una base militar en Yibuti, por un “alquiler” de 30 millones de euros al año, muchas otras potencias internacionales se apresuraron a imitarla. Estados Unidos, Italia y China ya tienen presencia en este país, sin olvidar a Alemania y España que están presentes sin tener una base, asegura el especialista. Y algunos países tienen grandes orejas, como Estados Unidos con la CIA y Francia con la DGSE. “Hasta tal punto que el lugar pasó a llamarse ‘Yibuti, nido de espías’”, afirma Sonia Le Gouriellec.
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