Al menos 72 muertos por fuertes tormentas en España

Zwei Tote wurden auch aus dem benachbarten Kastilien-La Mancha gemeldet. In einigen Orten fielen in wenigen Stunden 500 Liter Wasser pro Quadratmeter. Bäche verwandelten sich in reißende Flüsse, vor allem im Innern der Provinz kam es zu großflächigen Überschwemmungen. Einsatzkräfte mussten zum Teil mit Hubschraubern Eingeschlossene bergen. 

„Paiporta wurde zu einer Mausefalle, die Autos schwammen wie in einem Fischglas“, berichtete eine Einwohnerin des Ortes südlich von Valencia einem Reporter der Zeitung „Las Provincias“. Taucher versuchten dort am Mittwoch, in die Kaserne der Guardia Civil vorzudringen. Zwei Polizeibeamte und eine Frau wurden dort vermisst, inzwischen wurde ihr Tod gemeldet.

Südlich spielten sich auf der Schnellstraße bei Silla in der Nacht apokalyptische Szenen ab. Ein Augenzeuge berichtete dem Sender Cadena Ser, er habe sich schwimmend aus seinem Auto gerettet. Er sei mit 40 anderen auf das Dach einer Tankstelle geflüchtet, auf dem sie stundenlang ausharrten. Auf Fotos und Fernsehbildern sind große Lastzüge zu sehen, die das Wasser umgekippt und einfach an den Straßenrand gespült hatte, als wären es Spielzeugautos.

En otros lugares también se amontonaban vehículos volcados, árboles arrancados, cajas y frigoríficos. Un vecino de Sedaví, en el área metropolitana de Valencia, remitió a la agencia Efe un vídeo de la noche del miércoles en el que se ve varios coches con las luces encendidas desde un puente, rodeados por el agua. “Se puede oír a la gente gritar”, dijo el hombre. La película muestra a un conductor con el móvil pegado a la oreja que no puede abrir la puerta.

Familias enteras murieron arrasadas por las inundaciones. En Torrent, los equipos de rescate recuperaron los cadáveres de una pareja, dos niños y un bebé, según informó la prensa. El gobierno regional activó un número de emergencia para ayudar a familiares desesperados a encontrar personas desaparecidas. En algunos casos fallaron las redes eléctricas y de telefonía móvil.

En Aldaia, un suburbio de Valencia, casi un centenar de personas tuvieron que pasar la noche del miércoles en el centro comercial “Bonaire”, que, según el diario regional “Levante”, quedó completamente inundado y en gran parte destruido. Más de 60 compradores y empleados huyeron a una habitación del piso superior. “Pensé que nunca volvería a ver a mis hijos por la presión con la que entraba el agua”, dijo una vendedora al periódico. Ella y otras personas pudieron salir del centro comercial el miércoles, pero, según se informa, todavía hay empleados atrapados por el agua en otra parte del área comercial que tendrán que aguantar otra noche.

Las autoridades pidieron a los residentes que, si fuera posible, se quedaran en casa para protegerse y no obstaculizar el trabajo de los rescatistas. La mayoría de las escuelas y varios centros de salud permanecieron cerrados.

Más de 60 carreteras fueron cerradas el miércoles. Se vieron afectadas las autovías A-3 (de Madrid a Valencia) y la A-7 por el Mediterráneo. En algunos momentos, cientos de conductores de la A-3 se vieron rodeados por el agua y no pudieron continuar. El tráfico ferroviario quedó prácticamente paralizado. La línea de alta velocidad de Madrid a Valencia fue cerrada el martes. También se suspende el tráfico ferroviario de Valencia a Barcelona y Sevilla. 120 pasajeros de un tren Euromed de Alicante a Valencia quedaron atrapados en su tren en Horta durante la noche durante más de doce horas. El puerto de contenedores de Valencia también suspendió sus operaciones, mientras que en el aeropuerto hubo decenas de cancelaciones y desvíos.

El gobierno desplegó más de mil soldados de la Unidad de Emergencias del Ejército (UME). El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró a la población de la zona del desastre la solidaridad y el apoyo del gobierno. “No te dejaremos solo. Toda España está llorando contigo”, dijo en Madrid. La pareja real española también expresó sus condolencias por las víctimas y elogió el trabajo de los socorristas.

Alemania, mientras tanto, ha ofrecido ayuda a España. Según un portavoz en Berlín, el canciller Olaf Scholz y el gobierno federal están “profundamente conmocionados”.

El miércoles, el frente de lluvia que se estaba debilitando se movió hacia el noreste, hacia Cataluña y Aragón. Según una primera valoración del servicio meteorológico estatal Aemet, se trataba de una “tormenta histórica, una de las tres más intensas en Valencia en los últimos cien años”. En este contexto, los meteorólogos hablan de “gota fría”. Este fenómeno meteorológico se repite una y otra vez en el Mediterráneo español en otoño, cuando las bajas estribaciones del Atlántico empujan con aire frío y húmedo sobre el cálido Mediterráneo.

Pero Aemet también fue duramente criticada. El servicio meteorológico declaró el martes por la mañana el nivel de alerta más alto (rojo) para la región, pidió a la gente que se quedara en casa y advirtió sobre una precipitación acumulada de hasta 200 litros por metro cuadrado. Al final, sin embargo, en algunos lugares las cantidades fueron casi tres veces mayores. Esto también se debió a la interacción de varias tormentas fuertes que se intensificaron durante horas.

Aunque tormentas similares formen parte del otoño español, podrían volverse cada vez más severas. Por eso, los investigadores los asocian con el cambio climático y con condiciones climáticas cada vez más “tropicales”: no sólo aumenta el nivel del mar, sino también la temperatura del agua. El agua más caliente se evapora y encuentra capas de aire frío, especialmente en otoño, con consecuencias devastadoras, como ocurre ahora en Valencia.