Artista excepcional, Charles Aznavour encarna un poder de vida marcado por el deseo obstinado de triunfar y renovarse constantemente. Su viaje refleja la determinación de un hombre que tuvo que superar muchos obstáculos. “Siempre avanzaba, no se demoraba”, explica a RTL Gérard Davoust, presidente de las ediciones Raoul Breton y amigo de Aznavour.
Según él, el cantante evitó pensar en malos recuerdos y prefería rodearse de gente que le hiciera reír. Cuando los ex cantantes quisieron volver a verlo, él respondió: “Estoy dispuesto, pero los que me hacen reír, recordemos los buenos momentos en los que reímos. No hablemos más de sufrimiento, por favor”. dice Gérard Daoust.
Charles Aznavour, que tuvo que luchar para obtener legitimidad en la canción, debido a su voz atípica, su apariencia o simplemente su origen armenio, no me gustó repetir sus cicatrices. Al contrario, sacó de sus experiencias pasadas la fuerza para seguir adelante y redirigió su pasión y energía hacia nuevos proyectos.
Esta faceta de su personalidad se manifestó notablemente en su audaz decisión de Se autofinancia para actuar en el Carnegie Hall de Nueva York, espectáculo que acabó triunfando. “Lo hacía solo, creyendo en ello, era lo único que podía hacer y eso es lo que le impulsaba, sobre todo, a no aburrirse nunca”, recuerda Gérard Davoust.
El invitado de Confidencial
– Gérard Davoust, presidente de las ediciones Raoul Breton y amigo íntimo de Aznavour.
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Todo Aznavour, de Bertrand Dicale (Primeras ediciones).
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