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para Luca De Meo, Renault es “una empresa tecnológica”

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Renault presenta en París su Renault 4, pero también un concept car que presagia el coche del mañana. Para su director general, el fabricante de automóviles se ha convertido ahora en una empresa tecnológica.

En el Salón del Automóvil de París, el stand de Renault es ineludible. La marca del diamante ha reunido, en una superficie de 5.000 metros cuadrados, un pueblo con su marca insignia, por supuesto, pero también Alpine y Mobilize, uno de los grandes proyectos de Renaulution. El director general del grupo no oculta su satisfacción por haber conseguido sus objetivos.

“Es la materialización de una visión que construimos juntos hace unos años. Estoy feliz, pero no está terminada”, explica Luca de Meo.

El directivo habla del Emblème, un concept car que comparte protagonismo en el stand con los Renault 4 y 5. “Utilizamos hidrógeno combinado con electricidad, tiene una autonomía de 1.000 kilómetros del automóvil de la cuna a la cuna. La economía circular.” El impacto de carbono se ha reducido en un 90%, asegura el directivo.

“Fue un desafío para todo el equipo. Debemos mantener esta dinámica en la que proyectamos a Renault hacia el futuro. Somos una empresa de tecnología”.

Preocupación por la normativa europea

Confiado en sus proyectos, Luca De Meo confía menos en la prohibición de la producción de coches térmicos en la UE a partir de 2035.

“Este tipo de regulación se hizo hace mucho tiempo sobre datos aún más antiguos, no existen las condiciones que permitirían alcanzar este objetivo”, lamenta Luca de Meo.

Según el directivo, “el mercado eléctrico va a la mitad de velocidad que deberíamos tener” para conseguir este objetivo. La industria europea podría verse así obligada a pagar más de 15.000 millones de multas.

“Buscamos lograr el reglamento CAFE” que tiene como objetivo reducir el umbral de emisiones de CO2 de los automóviles. Pero si la industria europea no tiene éxito, Luca De Meo renueva sus advertencias.

“Si los coches eléctricos no se venden, podemos ir a comprar créditos a Tesla o a los chinos. También podemos bajar los precios de los coches eléctricos rompiendo el negocio. También podemos dejar de producir, según nuestras estimaciones, 2,5 millones de coches térmicos. Son diez fábricas.

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