Cada vez más franceses de origen argelino parten hacia el país de sus mayores para establecer allí un negocio y, en ocasiones, encuentran un clima menos “islamófobo”.
Lo vimos entrar en una recepción en el Elíseo para interrogar a Emmanuel Macron. O llevarle el desayuno a Yacine Oualid, el ministro argelino de Start-ups. Al revisar su feed de LinkedIn, entendemos que Raibed Tahri es lo que llamamos un «emprendedor-influencer». En otras palabras, documenta su día a día como directivo de empresa con el más mínimo detalle, como una influencer de Instagram filma su rutina de belleza matutina.
A sus 39 años, tras haber triunfado en Francia en el “foodtech” –creó con Fatiha, su mujer, Pap and Pille, una empresa de fabricación de galletas miniaturizadas en forma de bolas–, este francés nacido en Pontarlier (Doubs) optó por emigrar a Argelia para lanzar nuevos proyectos. “Un día le pregunté a mi padre, un argelino de 88 años, que se sacrificó mucho por sus hijos: ¿cómo puedo hacerte sentir orgulloso de mí? Él respondió que le hubiera gustado crear algo en Argelia. Si bien siempre había ido a su país de origen como turista, en diciembre de 2023 fue allí para reunirse con empresarios. Desde entonces, el consultor de estrategia de marketing lanzó allí Creator Studio, que ofrece estudios de grabación en un edificio para creadores de contenido. Está trabajando en un concepto para un espectáculo, una Star Academy para emprendedores, y en 48 horas ha recaudado más de 45 millones de dinares (unos 300.000 euros).
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