METROIchel Blanc falleció repentinamente, tras un infarto, a los 72 años, la noche del jueves al viernes. Una noticia triste e inesperada, y de inmediato, para muchos de nosotros, un sinfín de recuerdos de espectadores. Tantas secuencias, diálogos, situaciones que revelan la riqueza de su carrera, la amplia gama de colores de su interpretación. Obviamente el inestimable Jean-Claude Dusse de “Bronzés”, cantando a todo pulmón “Etoile des neiges” solo en su. telesilla o destilar sus cautivadoras certezas en líneas que se han vuelto de culto: “Escucha Bernard, creo que tú y yo tenemos un poco el mismo problema, es que no podemos apostarlo todo por nuestra apariencia. Especialmente tú”… Pero también el vulnerable Antoine, abrigo de piel y peluca rubia, cándida travesti en “Evening Outfit”. La opaca e inquietante “Monsieur Hire” de Patrice Leconte. El indescifrable jefe de gabinete devorado internamente por su cargo en “El ejercicio del Estado”, de Pierre Schoeller, en 2011, una película magistral que le valió su único César en 2012.
En 70 papeles, Michel Blanc ha puesto de relieve la figura del antihéroe de mil maneras, en registros cómicos o dramáticos. “Hay que poner en orden todas sus composiciones de los últimos cincuenta años, reunir todos los elementos del mosaico para medir el alcance de su talento”, señala Pierre Schoeller, que describe a un hombre “fino, discreto, sensible, muy eliminado del juego o de los medios mundanos”.
Coronado en Cannes
Nacido en Courbevoie (Altos del Sena) en 1952, Michel Blanc es un hijo de la clase media y del baby boom. Su padre es mudanza, su madre contadora. Afectado desde muy temprano por un soplo cardíaco que lo volvió muy hipocondríaco, apasionado de la música clásica, soñó, cuando era adolescente, con una carrera como pianista, antes de desviarse, después de terminar la escuela secundaria, hacia el café-teatro. El público lo descubrió muy joven en el cine, en comedias de gran éxito. “Les Bronzés” a finales de los años 1970, “Venid a mi casa, me quedo con un amigo” en 1981, “El nombre de mi mujer ha vuelto” en 1982, “Papy resiste” en 1983… Su personaje perdedor Tan calvo como bigotudo, se convierte en un pilar del Splendid, un grupo de amigos escolares, libres y despreocupados, tan cercanos a la juventud de los años 1970, a los que permaneció fiel hasta el final. Una de sus últimas apariciones en los medios se remonta al número que “Paris Match” dedicó, el pasado mes de abril, al 50° aniversario de esta alegre compañía.
En los años 80, Michel Blanc se desligó suave y fluidamente de esta aventura colectiva y del cómic. Comenzó a dirigir sus propias películas con “Marche à l’ombre” en 1984, luego se estableció como intérprete en un registro más oscuro e íntimo. “Evening Outfit”, en 1986, le valió el premio de interpretación en Cannes. ¡El Grial! La película de Betrand Blier será para él lo que “Tchao Pantin” fue para Coluche o “Jean de Florette” para Daniel Auteuil. Un punto de inflexión, una poderosa legitimación en un cine francés más sensible a las emociones dramáticas que al genio cómico. A partir de entonces, siguió variando sus repertorios, mientras se transformaba físicamente, como para borrar a este Jean-Claude Dusse escuálido mediante una práctica intensiva de culturismo.
Michel Blanc también destacó detrás de la cámara, con películas como “Grosse fatiga” (1994), “Besa a quien quieras” (2002). Le gusta introducir sorpresa y ambigüedad en su humor. “Era un hombre de palabras, culto, profundo, un excelente dialogista, un buen conocedor del teatro inglés contemporáneo”, subraya Sophie Avon, escritora y crítica de cine que trabaja desde hace mucho tiempo en estas columnas. “Me dijo que al inicio de su carrera había estudiado brevemente en la universidad de letras. Este episodio demuestra tanto su sensibilidad por la escritura como las preguntas que lo habitaban”, explica Pierre Schoeller.
Ansioso y trabajador
Trabajador, ultradiscreto en su vida privada, célebre por su total impermeabilidad a los espejismos del star system, Michel Blanc era también conocido por su ansiedad. “No era del tipo que se revuelca en el dolor, pero sentimos que había aprendido a vivir y a lidiar con algunos abismos”, señala Sophie Avon. “Llevaba consigo cierta tristeza. Esta melancolía contribuyó a la sutileza de su interpretación”, confirma Emmanuelle Auffret, directora de una de las últimas películas en las que lo vimos, “Les Petites Victoires”, en 2023.
Recuerda precisamente el día que aceptó el papel. “Era el viernes 2 de abril de 2021. Le envié el guión por mensajería a las 11 de la mañana. Esperaba recibir una respuesta semanas después. Este suele ser el caso en el cine. Me llamó a las 3 p. m. para decirme no solo que estaba emocionado y dispuesto a hacerlo, sino también que estaba muerto de miedo y que esperaba poder estar a la altura. Te das cuenta…” Y en el set, ¿cómo se comportó? “Hizo mil millones de preguntas, pero estuvo atento a respetar mis elecciones, mi dirección. »
Popularidad sólida
“Era un modelo de seriedad y sencillez, no se andaba con rodeos. Fue fácil trabajar con él”, comenta André-Paul Ricci, responsable de prensa.
Michel Blanc no era una estrella. Pero su muerte provocó este viernes muchas reacciones emotivas, de todos lados, en todos los estratos de la sociedad. “Sentimos una sensación de pérdida y una popularidad sólida y anclada”, estima Pierre Schoeller. Michel fue amado. » A través de él, los franceses ven la partida de un artista brillante y honesto, un hombre respetado sin vanidad. Y sin duda, para todos aquellos que se hicieron adultos al mismo tiempo que los niños de Splendid, una parte de su juventud.
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