Las soluciones de reciclaje avanzadas en los últimos años para combatir los desiertos médicos, el Primer Ministro también anunció un futuro programa de voluntariado para médicos en prácticas. En cuanto al proyecto de ley sobre el final de su vida útil, no debería volver a debatirse antes de 2025.
Imposible para Michel Barnier ignorar la salud, “en el centro de las preocupaciones” de los franceses. Rindiendo homenaje desde las primeras líneas de su discurso de política general, este martes 1 de octubre, a estos “cuidadores, enfermeras, médicos” OMS “Siempre tenemos menos tiempo para tratar a más y más pacientes”El Primer Ministro reafirmó su intención de hacer de la lucha contra los desiertos médicos una “prioridad”. Sin hacerse ilusiones sobre su capacidad para revertir rápidamente la tendencia, dado el colapso de la demografía médica. Para Michel Barnier, se trata sobre todo de“amplificar el esfuerzo realizado” por sus predecesores para movilizar a los profesionales de la salud “más cerca del suelo”.
Se revocan todas las soluciones propuestas durante los dos últimos años: despliegue de asistentes médicos, autobuses sanitarios, centros sanitarios multiprofesionales, teleconsultas, así como la creación de un “combinación favorable empleo-jubilación” alentar a los médicos a continuar su ejercicio más allá de la edad legal. Única variación: el método. Si el jefe de Gobierno todavía pretende enviar pasantes a ejercer en territorios con escasos recursos médicos, esta vez lo hace sobre la base de “voluntariado“, como parte de un «Programas hipocráticos» aún por definir.
Derramar “recuperar tiempo médico”Barnier también apuesta por reforzar la delegación de tareas entre médicos y otros profesionales sanitarios. Esperada desde hace varios meses por los paramédicos, está en marcha la ley “enfermeras”, destinada a reconocer mejor sus competencias y ampliar sus competencias. Los farmacéuticos y fisioterapeutas también podrían ver ampliado su papel en la atención al paciente.
Si Michel Barnier se distancia claramente de su predecesor, es en el proyecto de ley sobre el final de la vida que abre un derecho a la asistencia para morir, torpedeado por la disolución. El presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, que pidió la devolución del texto a los diputados “antes de fin de año” no fue escuchado. En esto “caso grave”, el Primer Ministro va a lo seguro. A lo sumo promete reabrir el “diálogo» el año que viene. Como si una convención de ciudadanos, diez meses de reflexión en el Elíseo y dos meses de debates parlamentarios no lo hubieran permitido en gran medida.
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