El Papa Francisco se reunió con inmigrantes sin hogar e indocumentados en la iglesia de Saint-Gilles en Bruselas. Entre ellos se encontraba un joven migrante que cruzó el mar Mediterráneo en barco hasta la isla italiana de Lampedusa y luego fue detenido.
Una visita sorpresa de camino a la Basílica del Sagrado Corazón en Koekelberg, una de las iglesias más grandes del mundo, donde habló ante obispos, sacerdotes y la comunidad católica de la región.
Los presentes leyeron cartas en las que desafiaron al pontífice y compartieron preguntas sobre diversos aspectos de la Iglesia católica.
La víspera, Francisco también había recibido críticas públicas del rey belga, del primer ministro y del rector de la Universidad Católica de Lovaina por el encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por el clero por parte de la Iglesia católica y su negativa a responder a las demandas. de mujeres y católicos LGBTQ+ por un lugar en la Iglesia.
Según el rector de la Universidad Católica de Lovaina, estos escándalos han debilitado la autoridad moral de la Iglesia, que necesita reformas, como la ordenación sacerdotal de mujeres.
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