
Capital de las élites tan denostadas por los partidarios de Donald Trump, Washington se rindió sin resistencia, el domingo 19 de enero, al movimiento MAGA (Make America Great Again). En un centro de la ciudad cercado y con barricadas, bajo la lluvia y luego la nieve, una gran multitud se reunió en el Capitol One Arena, la sala de espectáculos utilizada para hazañas deportivas, para una reunión de Donald Trump. Sin inmutarse ante la idea de quedarse en la puerta, los partidarios del presidente electo querían enviar un mensaje con su mera presencia. El encuentro fue fuera de lo común, en vísperas de la toma de posesión de su ídolo, el 45º presidente de Estados Unidos, a punto de convertirse en el 47º. “Papá está en casa”dijo una de las camisetas a la venta en las decenas de puestos instalados a lo largo de la cola. Bajo el lema, una imagen de Donald Trump, con los brazos extendidos, frente a la Casa Blanca.
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