Un punto final marcado por un paso de baile salvaje para saludar al público y celebrar una prestigiosa victoria. Gaël Monfils tiene sentido del espectáculo. “La verdad es que fue espontáneo, quería hacer eso, lo hice y ¡estoy feliz! »se justificó con una sonrisa, momentos después de vencer, el sábado 18 de enero en Melbourne, en la tercera ronda del Abierto de Australia, al estadounidense Taylor Fritz (3-6, 7-5, 7-6 (7/1), 6 -4), 4mi jugador mundial.
Esta celebración refleja el estado actual de los franceses. A sus 38 años, cuando se acerca el momento de colgar la raqueta, se le ve bien de cabeza y de cuerpo, más eficiente que nunca.
La tarea, sin embargo, prometía ser compleja. Casi insoluble en papel. El estadounidense de 27 años, finalista del último US Open y del Masters, estuvo rápido en sus dos primeros partidos. Pero, incluso perdiendo 1 set 0, Gaël Monfils logró imponer su juego. Fuerte en su servicio y brillante en su respuesta, mantuvo el ritmo para lograr la mejor victoria de su gran carrera.
“No tengo nada que demostrarle a nadie, sólo me estoy divirtiendo”explicó “la Monf” –su apodo–, al tiempo que reconoció haber “perspectiva de búsqueda de problemas” y a “situar” esta victoria. Sin embargo, ésta es sólo la segunda victoria de su carrera contra un miembro del Top 5, después de la del español David Ferrer, en los cuartos de final de Roland-Garros en 2008. Desde entonces, el francés ha sufrido doce derrotas. seguidos contra los mejores.
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