El presidente Joe Biden notificó al Congreso su intención de levantar la designación estadounidense de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, anunció la Casa Blanca, como parte de un acuerdo facilitado por la Iglesia Católica para liberar a los presos políticos en la isla.
Altos funcionarios de la administración estadounidense, que previeron el anuncio bajo condición de anonimato, dijeron que “muchas docenas” de presos políticos y otras personas consideradas por Estados Unidos como detenidas injustamente serían liberadas al final de la administración Biden al mediodía del 20 de enero. Estados Unidos también aliviaría cierta presión económica sobre Cuba, así como un memorando de 2017 emitido por el entonces presidente Donald Trump que endurecía la postura de Estados Unidos hacia Cuba.
“Al tomar estas medidas para reforzar el diálogo en curso entre el gobierno de Cuba y la Iglesia Católica, el presidente Biden también está honrando la sabiduría y el consejo que le han brindado muchos líderes mundiales, especialmente en América Latina, quienes lo han alentado a tomar estas acciones, sobre la mejor manera de promover los derechos humanos del pueblo cubano”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado.
Es probable que la determinación del presidente saliente se revierta la próxima semana, después de que Trump asuma el cargo y el Secretario de Estado designado, Marco Rubio, asuma el cargo de máximo diplomático de Estados Unidos.
Rubio, cuya familia abandonó Cuba en la década de 1950, antes de la revolución comunista que llevó a Fidel Castro al poder, ha sido durante mucho tiempo un defensor de las sanciones a la isla comunista. Rubio comparecerá ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado el miércoles para su audiencia de confirmación y se espera que aborde sus raíces cubanas en su testimonio. Trump también nombró a Mauricio Claver-Carone, ex asistente del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y firme partidario de las sanciones contra Cuba, como su enviado especial a América Latina.
En los últimos días de la primera administración de Trump, el 11 de enero de 2021, la Casa Blanca restableció la designación, que había sido revertida durante el período de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos durante el segundo mandato del presidente Barack Obama. Al hacerlo, la administración Trump citó el apoyo de Cuba al líder de Venezuela, Nicolás Maduro, y su negativa a extraditar a los rebeldes colombianos a Colombia, entre otras cuestiones, incluido su continuo refugio de estadounidenses buscados.
La decisión de Trump de designar a Cuba fue una de varias medidas de política exterior que tomó en los últimos días de su primer mandato. Aproximadamente seis meses después de que Trump designara a Cuba como patrocinador del terrorismo, la administración Biden impuso nuevas sanciones a funcionarios de la isla y a la policía nacional revolucionaria después de que cientos de cubanos fueran arrestados durante manifestaciones en La Habana y otras ciudades para protestar por la escasez, los cortes de energía y las políticas gubernamentales. Fueron las primeras protestas de este tipo desde la década de 1990.
Grupos y activistas de derechos humanos, incluida la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, han estado presionando a la administración Biden para que levante la designación para aliviar el sufrimiento del pueblo cubano que siente el impacto del aislamiento económico de Cuba. El gobierno de Cuba reconoció el anuncio y expresó su agradecimiento, aunque lo consideró “limitado”.
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“A pesar de su alcance limitado, esta es una decisión que apunta en la dirección correcta y está en línea con la demanda sostenida y firme del gobierno y el pueblo de Cuba”, dijo la Cancillería del país en un comunicado de prensa.
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“La decisión anunciada hoy por Estados Unidos rectifica, de forma muy limitada, algunos aspectos de una política cruel e injusta”, añadió.
El Congreso y la administración entrante de Trump tendrán la oportunidad de revisar y potencialmente revertir las acciones de Biden, aunque los altos funcionarios de la administración estadounidense dijeron que la administración de Biden había determinado que no había “evidencia creíble” de que Cuba estuviera actualmente involucrada en apoyar el terrorismo internacional.
‘Relación respetuosa’
La cancillería cubana dijo que el gobierno es consciente de que el gobierno entrante de Estados Unidos podría revertir la decisión, pero que seguirá “dispuesto a desarrollar una relación respetuosa con ese país, basada en el diálogo y la no injerencia en los asuntos internos de Cuba”. ambos países, a pesar de las diferencias”.
No hubo comentarios inmediatos del equipo de transición de Trump ni de Rubio o su oficina, pero uno de sus colegas republicanos en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el senador de Texas Ted Cruz, denunció rápidamente la medida de la administración Biden.
“La decisión de hoy es inaceptable por sus méritos”, dijo Cruz en un comunicado. “El terrorismo impulsado por el régimen cubano no ha cesado. Trabajaré con el presidente Trump y mis colegas para revertir y limitar de inmediato el daño de la decisión”.
El representante Carlos Giménez, republicano de Florida, criticó la medida y predijo que Trump revertiría rápidamente la decisión de Biden.
“El presidente Biden es un cobarde patético”, publicó Giménez en X. “El 20 de enero, habrá un NUEVO SHERIFF en la ciudad y el presidente Trump junto con el Secretario de Estado @SenMarcoRubio no solo pondrá a #Cuba DE NUEVO en la lista sino que PULVERIZARÁ al régimen ¡De una vez por todas!
Biden, en un memorando de seguridad nacional emitido el martes, certificó que Cuba no ha brindado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses y había brindado a la administración garantías de que no apoyaría actos de terrorismo en el futuro.
La medida se produce después de que la administración eliminara en mayo a Cuba de la lista corta del Departamento de Estado de países que considera poco cooperativos contra los grupos violentos.
Cuba acogió con agrado la medida como un paso en la “dirección correcta”, pero lamentó que todavía estuviera bajo las sanciones estadounidenses vigentes desde 1962. El Ministerio de Relaciones Exteriores anunció más tarde que 553 personas encarceladas por “diversos delitos” serán liberadas.
Cuba culpa al bloqueo estadounidense de su peor crisis económica en décadas, marcada por escasez de combustible, alimentos, medicinas y electricidad. Impulsados por los apagones y el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos, miles de cubanos salieron a las calles de todo el país en julio de 2021 gritando: “¡Tenemos hambre” y “¡Libertad!” en lo que fue el mayor desafío al gobierno en años.
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