El primer ministro de Dinamarca ha dicho que Groenlandia “no está en venta” después de que Donald Trump expresara un renovado interés en comprar la isla ártica mientras se prepara para su segundo mandato como presidente de Estados Unidos.
Pero en un esfuerzo por calmar posibles tensiones con Trump, Mette Frederiksen enfatizó que estaba dispuesta a cooperar con Washington en el Ártico, incluso cuando el hijo del presidente electo de Estados Unidos llegó allí de visita.
“Necesitamos una cooperación muy, muy estrecha con Estados Unidos. Por otra parte, me gustaría que todos respetaran que los groenlandeses son un pueblo. Es su país el que está en juego aquí”, dijo a TV2, añadiendo que Groenlandia tenía que decidir su propio destino.
Frederiksen admitió que la isla más grande del mundo, que es una parte autónoma del reino de Dinamarca, probablemente buscará su independencia en los próximos años.
Si bien calificó ese esfuerzo como legítimo, también enfatizó que esperaba mantener intacto el reino de Dinamarca.
Sus comentarios se produjeron después de que Trump reiterara su ambición de larga data de comprar el territorio, presionando al gobierno danés mientras el hijo del presidente electo de Estados Unidos visitaba la isla ártica.
Trump prometió “hacer grande a Groenlandia nuevamente” justo antes de que su hijo Donald Jr aterrizara en la isla más grande del mundo el martes en lo que fue anunciado como una “visita privada”.
“Groenlandia es un lugar increíble y la gente se beneficiará enormemente si se convierte en parte de nuestra nación y cuando lo haga. Lo protegeremos y lo apreciaremos de un mundo exterior muy cruel”, escribió el presidente electo en Truth Social.
Repitió el llamado el martes después de la llegada de Donald Jr, y agregó: “Este es un acuerdo que debe concretarse”.
Trump intensificó su retórica en una conferencia de prensa posterior, negándose a descartar el uso de la fuerza para obtener el territorio y diciendo que “necesitamos Groenlandia por razones de seguridad nacional”. Amenazó con “imponer aranceles a Dinamarca a un nivel muy alto” a menos que entregara el control de la isla.
Groenlandia se ha convertido en el centro de intrigas geopolíticas después de que Trump, primero en 2019 y nuevamente ahora, propusiera tomar el control de la vasta isla, que alberga solo a 56.000 personas pero es fundamental para la región ártica.
La respuesta de Frederiksen el martes contrastó marcadamente con la de 2019, cuando calificó la propuesta anterior de Trump de comprar Groenlandia como “una discusión absurda”, lo que lo llevó a cancelar una visita de estado a Dinamarca con poca antelación.
Dinamarca conserva el control total sobre los asuntos exteriores y la defensa en Groenlandia, además de proporcionarle una importante subvención anual.
El renovado interés de Trump en el territorio coloca a Dinamarca en un aprieto mientras el gobierno centrista de Copenhague reflexiona sobre cómo responder a las propuestas de su mayor garante de seguridad, Estados Unidos.
Múte Egede, primer ministro de Groenlandia, dijo a finales de diciembre que “no estamos en venta y nunca lo estaremos” después de que Trump expresara por primera vez su renovado interés en la isla.
Antes de las elecciones de abril en Groenlandia, Egede ha presionado fuertemente por la independencia de Dinamarca, algo que sólo sería posible con la ayuda de inversores externos interesados en los recursos naturales de la isla, incluidos grandes depósitos de tierras raras, así como su potencial para el turismo.
Rasmus Jarlov, ex ministro danés y actual diputado conservador, dijo que el comportamiento de Trump había cruzado una línea. “Es un comportamiento peculiar e irrespetuoso tanto hacia Groenlandia como hacia Dinamarca”, dijo a TV2.
Trump dijo temprano el martes: “Mi hijo, Don Jr, y varios representantes viajarán allí para visitar algunas de las áreas y lugares más magníficos”.
Trump Jr dijo en un podcast que no planeaba comprar Groenlandia, que estaba allí simplemente como turista y que no tenía intención de reunirse con ningún representante del gobierno.
Aaja Chemnitz, miembro groenlandesa del parlamento danés, advirtió a sus compañeros isleños que no permitan que Trump domine las próximas elecciones del territorio.
Las encuestas de opinión han sugerido un fuerte apoyo en Groenlandia a la independencia en las próximas décadas, mientras la isla considera cómo liberarse de la subvención de 3.900 millones de coronas danesas (550 millones de dólares) que recibe anualmente de Copenhague.
La intriga geopolítica sobre la isla ártica aumentó durante el período navideño cuando el nuevo rey de Dinamarca, Federico X, cambió el escudo de armas real para incluir de manera más prominente a Groenlandia y las Islas Feroe, otro territorio autónomo.
El renovado juego de Trump por Groenlandia recibió el apoyo de Elon Musk, su aliado cercano y director de X y Tesla. “¡El pueblo de Groenlandia debería decidir su futuro y creo que quiere ser parte de Estados Unidos!” escribió en X.
Información adicional de James Politi en Washington
