Usando sus manos y palas en condiciones gélidas, los trabajadores de rescate excavaron entre los escombros en busca de sobrevivientes después de que un mortal terremoto de magnitud 7,1 despertara a la gente en una zona remota del Tíbet el martes cerca de las estribaciones norte del Monte Everest.
Al menos 95 personas murieron y 130 resultaron heridas en el terremoto, que se produjo poco después de las 9 de la mañana a una profundidad de 10 kilómetros en el condado de Dingri, cerca de una de las ciudades más sagradas del Tíbet, en el oeste de China, informaron los medios estatales. El terremoto en el oeste de China fue el más mortífero del país desde diciembre de 2023, cuando 151 personas murieron en un temblor de magnitud 6,2 en las provincias noroccidentales de Gansu y Qinghai.
La emisora estatal de China informó que más de 1.000 casas se habían derrumbado en el condado de Dingri, situado a lo largo de la frontera del Himalaya con Nepal. Las escenas de destrucción fueron transmitidas en los medios estatales y compartidas en las redes sociales.
Se estaban llevando a cabo frenéticos esfuerzos de rescate sin equipo pesado, lo que subraya el desafío de entregar recursos a las comunidades en gran parte aisladas dañadas por el terremoto. Dado que las temperaturas en la región descienden hasta 5 grados Fahrenheit (menos 15 grados Celsius), los trabajadores de rescate tienen un breve período para localizar a los sobrevivientes. No estaba claro cuántos residentes quedaron sin hogar a causa del terremoto.
