Una década después del ataque a Charlie Hebdo, la caricatura continúa su decadencia, dejando a los caricaturistas una impresión de desconexión de la sociedad y de una fuerte precariedad. Varios de ellos aceptaron declarar sobre la evolución de su profesión.
“El fin de un mundo”. Así lo describe en su libro el especialista en el noveno arte Yves Frémion. De la caricatura a Charlie Hebdo El estado del diseño político en Francia tras el atentado del 7 de enero de 2015 contra charlie hebdodurante el cual fueron asesinados ocho miembros de la redacción, entre ellos los caricaturistas Cabu, Charb, Honoré, Tignous y Wolinski.
Diez años después de este ataque, la caricatura –un dibujo periodístico que se burla de una situación o de una persona– continúa su lento declive. Los dos proyectos de museo de dibujos animados de prensa previstos en París y Bruselas siguen aplazados. Los espacios de publicación se están reduciendo y las presiones políticas están aumentando.
La caricatura satírica antirreligiosa, muy popular en el siglo XX, ha desaparecido. Mientras que el New York Times dejó de publicar caricaturas en 2019diseñadora Ann Telnaes Acaba de cerrar de golpe la puerta del Washington Post.denunciando el rechazo de una de sus caricaturas que muestra a Jeff Bezos, propietario del diario, ofreciendo dinero a Trump.
El público también parece menos receptivo, como lo demuestran las múltiples controversias suscitadas por las caricaturas en los últimos años. El pasado mes de septiembre, dibujos de Félix en Charlie Hebdo que vinculaban las consultas de Emmanuel Macron para encontrar un nuevo Primer Ministro o el estreno de la película amor uf en el juicio a los violadores de Mazan fueron especialmente escandalosos.
“Les negamos sus mejores dibujos”
A pesar de la impresión de discrepancia o incluso de “obsolescencia” de las caricaturas de prensa en relación con la evolución de la sociedad, este arte todavía tiene mucho que ofrecer, asegura el dibujante de prensa Aurel, colaborador de Le Canard chainé. “Las caricaturas de prensa son más complejas de lo que las limitamos”, le dice a BFMTV.com.
De Fakir a Siné Mensuel pasando por títulos más confidenciales como La Lettre à Lulu o zelioLa prensa satírica sigue activa en Francia. “Es la ilustración de esta cultura francesa de la caricatura”, saluda Aurel, precisando que la caricatura de prensa también se utiliza con éxito en forma de boceto del público.
Si bien los caricaturistas de la prensa se resisten a la autocensura, medir el impacto del 7 de enero en las caricaturas sigue siendo difícil. “Sólo podemos juzgar lo que aparece”, subraya Yves Frémion. “Conozco a caricaturistas tan radicales como un Reiser o un Willem, pero no son necesariamente los que publica la prensa. Ellos mismos publican dibujos más radicales en blogs o sitios dedicados”.
“Lo que aparece en la prensa es mucho menos fuerte. Se les niegan sus mejores dibujos”, asegura el especialista. “Todos lo dicen: hay temas que ya no abordan en la prensa”.
“No tengo la sensación de estar haciendo las cosas de forma diferente que antes”, modera a BFMTV.com Urbs. Colaborador de Sud Ouest, es uno de los 34 caricaturistas que tienen su tarjeta de prensa en Francia. “No hubo ningún cambio después de los ataques”, añade Aurel. “Por otro lado, la precariedad viene empeorando desde hace mucho tiempo”.
“Me preocupé más”.
Fuera de Francia, la situación ha empeorado desde el ataque. Especialmente en regímenes autoritarios. “Lo que pasó con Charlie nos conmocionó y nos hizo sentir aún más vulnerables y más solos”, dijo a BFMTV.com el caricaturista turco Ersin Karabulut, cofundador de la revista satírica Uykusuz.
“El ataque a Charlie simplemente me preocupó más. Y más atento a lo que dice la gente”, continúa este dibujante ahora afincado en Francia, que recorre su carrera en el cómic. Periódico preocupado de Estambulcuyo segundo volumen acaba de publicarse. “El 7 de enero de 2015 comprendí que esta profesión no era fácil de ejercer en ningún lugar”.
“Matar a una persona por un dibujo es como una enfermedad. Y vimos que se iba extendiendo”, lamenta.
“Para nosotros fue una gran sorpresa ver que los países europeos también tenían problemas como este”, comenta el diseñador. “Después de Charlie Hebdo, dejamos de soñar con poder vivir de nuestros dibujos en Francia”.
“Podría empezar de nuevo (los ataques)”, aseguró Coco en Inter de Francia diciembre pasado. “Muy a menudo queríamos que las víctimas parecieran culpables en los dibujos que hacíamos. Nos apunta más. Siempre tenemos que tener mucho cuidado”. El equipo editorial de Charlie Hebdo también trabaja en un lugar secreto ultraseguro.
La presión de las redes sociales
La explosión de las redes sociales desde 2015 tampoco ha ayudado a la prensa de caricaturas. “Estamos llegando a un público al que no deberíamos llegar”, afirma Ersin Karabulut. “Cuando trabajas en una revista, te diriges a un público específico. Pero con las redes sociales, otro público accede a tu dibujo. Y eso puede ser peligroso”.
“Cuando la gente de LFI no puede leer un dibujo de Coco, o intenta hacernos creer que no puede leerlo sólo para complacer a su electorado, da miedo”, denuncia. Urbs.
El diseñador fue atacado en particular por una caricatura sobre la hambruna en Gaza publicada en Libération en marzo de 2024. En este dibujo, Coco mostraba a un hombre hambriento tratando de comer ratas. “¡Ttt, no antes del atardecer!”, le dijo una mujer dándole una palmada en la mano. Titulada “Ramadán en Gaza”, la caricatura fue considerada “simplemente sucia” en X por la diputada de La France insoumise (LFI), Sarah Legrain.
“Creo que son falsos”, denuncia además Urbs, que trabaja en el colectivo Cartooning for Peace. “No me harás creer que eres diputado político sin tener cultura de prensa. Es un uso del dibujo con fines políticos. Y es repugnante porque pone en peligro a los compañeros”.
Amenazada de muerte tras su dibujo, Coco admitió el pasado mes de diciembre en ella habiendo escuchado las opiniones suscitadas por su caricatura. “Las reacciones a este dibujo (…) me hicieron pensar mucho. Al final, salió algo bastante positivo”.
Miedo generalizado
Estas reacciones cada vez más virulentas atestiguan un miedo generalizado a los incidentes que podrían provocar las caricaturas, según Urbs. “Tenemos más miedo del Kalashnikov que de las caricaturas políticas. Las reacciones ante las caricaturas suelen estar basadas en el miedo y la cobardía. Creo que eso frena al público, pero no a los caricaturistas”.
Análisis compartido por Yves Frémion. “Tengo una teoría un tanto radical”, advierte. “Creo que los hermanos Kouachi ganaron”.
“Impusieron no sólo a nuestro país, sino también a casi todos los países del mundo, el miedo absoluto a las caricaturas políticas y de prensa”, opina. Y el especialista añade: “Los directores de publicaciones hoy están obligados a pensar en la seguridad de las personas que trabajan para ellos, pero les habita un miedo absoluto a meterse en problemas. No sólo con los fundamentalistas sino también con todos los grupos de presión que se expresan a través de Internet”.
en su trabajo charlie cuando quieranque aparece este miércoles, Aurel modera estas preocupaciones. Al contrario, cuenta cómo las caricaturas de prensa se encuentran atrapadas entre los “neo-reaccionados” y los “wokes”, dos generaciones completamente opuestas en términos de humor. Una oposición que, según él, permite que las caricaturas de prensa evolucionen para mejor.
Precarización
Si denuncia las ideas rancias de los “neorreactores”, nos invita a escuchar a los “wokes”. Aunque “desconfía de los estereotipos que pueden mantenerse en las caricaturas de prensa”, esta generación ofrece a los caricaturistas un nuevo marco de reflexión para convertirse en “mejores humoristas políticos” y “mejores analistas de la sociedad”, insiste Aurel.
“Esta no es la primera evolución de la profesión”, continúa. “Ya no hacemos los mismos chistes que hace 20 años”.
“Y no es sólo la sociedad la que tiene que evolucionar”, añade. “Nosotros también hemos evolucionado. Nos dimos cuenta de que ciertas cosas eran estúpidas, toscas, torpes. Es normal y saludable cuestionar nuestras referencias”.
Porque el futuro de las caricaturas y caricaturas de prensa se juega ahora menos en las redes sociales que en las redacciones. “La importancia que se le da a las viñetas de prensa en un periódico es responsabilidad del editor jefe. La pregunta es: ¿los futuros editores en jefe tendrán esta cultura? pregunta Urbs.
Si bien su lugar en los periódicos se reduce día a día, las caricaturas de prensa se olvidan en gran medida en el cambio digital en las redacciones y en las negociaciones sindicales dentro de los medios. “La mayoría de los periódicos hacen todo lo posible para precarizarnos”, denuncia Aurel en su libro, citando las tarifas de los autónomos “cada vez más bajas”.
Una situación que complica las viñetas de prensa. “Es un trabajo que requiere tanta inversión permanente que es complicado hacerlo como diletante”, subraya. “Con un apoyo así, los dueños de imprentas pueden dormir tranquilos… y el dibujo puede morir en paz”, concluye en su obra.