Trece acusados, diez años de investigación, 73 volúmenes de expedientes… El creciente caso de sospecha de financiación libia de la campaña presidencial de 2007 llegará finalmente a los tribunales el lunes 6 de enero. Se espera que el más publicitado de los acusados, Nicolas Sarkozy, a partir del 1 :30 horas en el tribunal penal de París. El ex jefe de Estado, de 69 años, deberá comparecer durante cuatro meses, tres días a la semana, junto a ex ministros e intermediarios sulfurosos, acusado de financiación ilegal de su victoriosa campaña por parte del fallecido dictador libio Muammar Gaddafi. Acusaciones que él ha negado rotundamente desde que se reveló el asunto en 2012. Siga nuestra transmisión en vivo.
Un “pacto de corrupción” en el centro de la acusación. A Nicolas Sarkozy se le acusa de haber pasado, a finales de 2005, en particular con la ayuda de sus amigos más cercanos Brice Hortefeux y Claude Guéant, una “pacto de corrupción” con el extremadamente rico dictador libio para que “apoyo” económicamente su acceso al Elíseo. Procesado por corrupción, encubrimiento de malversación de fondos públicos, financiación ilegal de campañas y asociación para delinquir, se enfrenta a diez años de prisión y una multa de 375.000 euros, así como a una privación de derechos civiles (por lo tanto, inelegibilidad) de hasta cinco años.
Una “fábula”, según Nicolas Sarkozy. El ex presidente, que se enfrenta a su quinto juicio, persiste en decir que este asunto es un “fábula”. Si esta financiación hubiera existido “tan masivamente”, “¿Por qué no hay pruebas de esto? ¿Ni siquiera un comienzo? dijo durante un interrogatorio. Los jueces reconocieron en su auto de remisión que no había “prueba irrefutable” pero uno “paquete de pistas”. Condenado definitivamente por el asunto de las “escuchas telefónicas”, Nicolas Sarkozy debería ser sometido a un brazalete electrónico dentro de algunas semanas.
Otros doce acusados lo intentaron. Nicolas Sarkozy es sospechoso de haber permitido “perfecto conocimiento de los hechos” sus familiares para recuperar el dinero. Por lo tanto, cuatro miembros de su guardia cercana en ese momento son devueltos a su lado: Claude Guéant, Brice Hortefeux, Eric Woerth y Cédric Gaubert. Este último, según los jueces, “organizado” y recibido “transferencias de fondos” desde Libia, a través de los intermediarios Ziad Takieddine y Alexandre Djouhri. El primero, que se encuentra prófugo en el Líbano, debería ser juzgado en rebeldía. Del lado libio, sólo el ex financista del régimen, Bachir Saleh, es remitido a la justicia francesa. Acusado de una orden de detención, también debería ser juzgado en ausencia.