El petrolero Eagle S, sospechoso de pertenecer a la “flota fantasma” rusa y de ser la causa de una avería en un cable submarino en el mar Báltico, fue incautado por la policía finlandesa y trasladado a efectos de la investigación, informó Helsinki el sábado.
“La causa de este traslado es que la Oficina Nacional de Investigaciones (NBI) se apoderó del Eagle S. (…) La nueva ubicación presenta mejores posibilidades para los procedimientos de investigación”, dijo la policía en un comunicado.
La policía finlandesa indicó que el barco, que navegaba bajo bandera de las Islas Cook como parte de esta flota destinada a eludir las sanciones, procedía de Rusia. Fue detenido el 26 de diciembre tras la rotura de un cable eléctrico submarino que une Finlandia con Estonia. Había sido trasladado bajo escolta al puerto de Kilpilahti, a 40 kilómetros al este de Helsinki.
El barco había estado anclado anteriormente frente a Porkkala, en el golfo de Finlandia. El puerto de Kilpilahti es un puerto para buques de carga líquida.
El Eagle S. transporta gasolina sin plomo cargada en un puerto ruso, con destino a Egipto.
Escoltado por una patrullera de la guardia costera finlandesa, el petrolero abandonó su fondeadero a última hora de la mañana y echó anclas frente al puerto de Kilpilahti a última hora de la tarde, dijo la policía.
El día de Navidad, el enlace eléctrico EstLink 2 entre Finlandia y Estonia se desconectó de la red. El operador dijo que estaba “fuera de servicio” debido a daños aún no evaluados. La policía finlandesa ha abierto una investigación por “sabotaje”.
El Mar Báltico ha sido escenario, desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, de varios incidentes similares.
Estas acciones, dirigidas en particular a las infraestructuras energéticas y de comunicación, se enmarcan, según expertos y políticos, en el contexto de la “guerra híbrida” liderada por Moscú en esta vasta zona fronteriza, además de con Rusia, con países miembros de la OTAN.
