El equipo dirigido por Enzo Maresca sufrió una derrota en casa por 2-1 ante el Fulham de Marco Silva, sufriendo una remontada que le aleja de la cima pero le mantiene subcampeón con 38 puntos. Por otro lado, los Cottagers se han situado a sólo un punto de los puestos europeos.
Hubo muchos elogios para el Chelsea dirigido por el técnico español Maresca, pero hoy fue una excepción. Después de no poder mostrar sus mejores cualidades la semana pasada contra el Everton, repitieron la actuación, esta vez con el resultado de una derrota en casa. El Fulham, dirigido por Marco Silva, hizo gala de espíritu y se impuso con éxito para alzarse con la victoria.
Cuando comenzó el partido en Stamford Bridge, los visitantes parecían bien organizados y armoniosos, con una defensa sólida y un gran sentido de anticipación para evitar que Jackson, que prospera en espacios abiertos, lanzara ataques. Mientras tanto, Antonee Robinson sirvió como amenaza de ataque del Fulham en un plan de juego caracterizado por la cautela, mientras que el Chelsea se centró más en generar juego por la derecha que por la izquierda, a menudo centralizando sus esfuerzos a través del flanco derecho favorecido.
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El Fulham, agudo por el lado de Pedro Neto, buscó neutralizar los ataques desde esa zona, lo que llevó a Malo Gusto a adoptar frecuentemente su habitual posición invertida, desviándose a menudo de su rol de lateral derecho. Poco a poco, el equipo de Maresca fue avanzando por la izquierda, con Caicedo participando en la preparación y desviándose fuera. Sin embargo, la deambulación del ecuatoriano Caicedo crea un riesgo para el Chelsea, ya que cada vez que sale de su rol definido y pierde la posesión, los contraataques de los de Silva se vuelven casi inevitables.
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Casi 20 minutos después de iniciado el partido, mientras el equipo local parecía dominante y los visitantes parecían tranquilos y serenos, Cole Palmer ejecutó una magnífica jugada individual, recibiendo el balón, regateando bajo presión y rematando con gran compostura para darle al Chelsea una ligera ventaja. Los ‘blues’ siguieron haciendo valer su control del partido, apabullando cada vez más al Fulham. Aunque los Cottagers hicieron algunas incursiones mínimas, aunque no particularmente amenazantes, en el campo del Chelsea, al final fueron pocas.
La amenaza del Fulham, que antes se pasaba por alto, cambió dramáticamente en los últimos minutos de la primera mitad cuando se volvieron más peligrosos con el balón, lo que obligó al Chelsea a retirarse y permitió a los Cottagers tomar más protagonismo. Con Jackson como único delantero y fuertemente marcado, le resultó difícil causar impacto, y la presión aplicada por Silva hizo que el Chelsea (salvo algunas oportunidades aisladas) pareciera perdido cuando la primera mitad llegó a su fin.
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Cinco minutos después de la segunda mitad, Palmer, que había estado excepcional, tomó a todos con la guardia baja con un increíble centro al área que Colwill conectó pero fue anulado por fuera de juego. Minutos más tarde, el Fulham avisaba por primera vez con un disparo de Iwobi tras un despiste de los ‘blues’, dando a los Cottagers una excesiva libertad en ataque, que antes habían desperdiciado.
Poco a poco, haciendo eco de los últimos compases de la primera parte, los de Marco Silva se fueron haciendo protagonistas mientras el Chelsea cedía la posesión y jugaba de forma más retraída. La responsabilidad de controlar el ritmo recaía en el Chelsea, que parecía perdido sin el balón y lideraba sólo por un margen mínimo, algo que sabemos que es precario en una liga como la Premier League.
El Fulham mantuvo una impresionante segunda parte, en gran parte debido a la confusión dentro de los ‘Blues’ respecto al posicionamiento de Robinson. Esto permitió que un extremo participara en cada ataque del Fulham. Además, el movimiento de Iwobi brindó oportunidades para que los Cottagers establecieran su habitual trío de centrocampistas junto a Lukić (que tuvo un excelente partido) y Pereira. A pesar de esta evolución, el Chelsea logró sacar algunas actuaciones individuales positivas, en particular la de Enzo Fernández, que jugó como ‘8’ y demostró su asombrosa capacidad de tiro de larga distancia para amenazar a los visitantes en la segunda parte.
Justo cuando el Chelsea parecía un equipo completamente letárgico, retirándose y cediendo el control a los hombres de Marco Silva, Fulham aprovechó la oportunidad. Wilson cabeceó desde dentro del área cuando solo quedaban 10 minutos, lo que generó más preocupaciones para el Chelsea. Después de unos minutos agonizantes para el equipo de Maresca, justo antes del pitido final, Rodrigo Muñiz levantó la palma de la mano, ilustrando cuán sabiamente su entrenador lo había utilizado en la segunda parte, sellando el partido casi a muerte y dejando al Chelsea con las manos vacías en su propio terreno.