Las autoridades temen un gran número de víctimas en Mayotte. Este departamento francés del Océano Índico quedó en gran parte destruido por el paso del ciclón Chido, el más intenso que azota el territorio de ultramar en más de 90 años.
Escenas de desolación. La isla de Mayotte, el departamento más pobre de Francia, fue arrasada por el paso del ciclón Chido este sábado 14 de diciembre. Al menos 14 personas murieron y 250 resultaron heridas, según un informe provisional hecho público este domingo 15 de diciembre.
Pero “creo que seguramente habrá varios centenares, quizás nos acerquemos a los mil, o incluso a algunos miles” de muertos dada la “violencia” del ciclón, declaró el prefecto de Mayotte, François-Xavier Bieuville, en la cadena pública Mayotte la 1ère.
“Es un desastre”, resume Antoine Piacenza, CPE de un colegio de Mamoudzou, capital de Mayotte, en BFMTV. Habla de “carnicería” el día después del ciclón.
Los barrios marginales destruidos
“Intentamos obtener noticias de nuestros estudiantes, pero tenemos muy pocas (…) Cuando los estudiantes salen de la escuela secundaria, generalmente no entran en casas, sino en barrios marginales y han sido arrasados”, explica. Antonio Piacenza. “Estamos en completa incertidumbre”.
Con ráfagas de viento de más de 220 km/h, el ciclón Chido, el más intenso que azota el territorio de ultramar en más de 90 años, causó devastación el sábado. Los barrios marginales densamente poblados de Mayotte quedaron “completamente destruidos”, según las autoridades.
Y no todas estas casas improvisadas, donde vivían muchos inmigrantes indocumentados, fueron evacuadas río arriba. “Muchos tenían miedo de ser atrapados por la policía (…) pero de repente estas familias pensaron que (los centros de alojamiento) eran trampas y se quedaron en los barrios marginales”, asegura Antoine Piacenza.
“Es un caos”
Incluso los edificios permanentes sufrieron graves daños. “Los daños son indescriptibles, enormes, sin precedentes. Un buen número de tejados de edificios sólidos han sido arrancados. Es un milagro no tener víctimas en nuestro barrio”, afirma Ousseni Balahachi a BFMTV.
“Hay que estar allí para comprender la magnitud de los daños. Es un caos”, insiste. “Hay muchos daños” en el hospital de Mamoudzou, continúa la enfermera jubilada, explicando que algunos servicios quedaron “inundados”. Información confirmada por imágenes de la televisión local Mayotte la1ère.
El prefecto cree que será “muy difícil tener una valoración final”, dado que la tradición musulmana, muy arraigada en el pequeño archipiélago del Océano Índico, quiere que el difunto sea enterrado “en un plazo de 24 horas”, afirmó el representante estatal.
Además, la población ilegal de Mayotte supera las 100.000 personas, según el Ministerio del Interior -sobre unos 320.000 habitantes contabilizados oficialmente-, lo que hace improbable un recuento exhaustivo de los muertos.
Se espera a Bruno Retailleau en el lugar
“El hospital está afectado, las escuelas están afectadas. Las casas están totalmente devastadas. El fenómeno no ha salvado a nadie a su paso”, describió a la AFP el alcalde de Mamoudzou, Ambdilwahedou Soumaila. “Todavía esperamos encontrar supervivientes entre los escombros”, añadió el concejal más tarde en BFMTV.
Las chozas fueron destruidas, los tejados de chapa ondulada volaron, los postes de electricidad cayeron al suelo, los árboles y el bambú se rompieron… La mayoría de las carreteras son intransitables y las comunicaciones extremadamente difíciles.
Se espera que el ministro del Interior dimisionario, Bruno Retailleau, esté presente este lunes 16 de diciembre para hacer un balance de la situación. A partir de este domingo, se otorgan amplios poderes al prefecto de Mayotte en materia de gestión de crisis.
Dado que “no se espera una vuelta a la normalidad hasta dentro de varios meses”, “esta disposición debe permitir hacer frente a los riesgos en términos de orden público, de salud o de acceso a las necesidades básicas”, justifican las autoridades.
A la cabeza de un puente aéreo y marítimo organizado desde la isla de Reunión, territorio francés situado a 1.400 kilómetros de distancia en línea recta, los primeros aviones con equipos y personal médico y de socorro aterrizaron el domingo en Mayotte.
Comenzó una carrera contra el tiempo para proporcionar ayuda y restablecer el suministro de agua, alimentos y electricidad a las numerosas zonas que aún estaban privadas de ellos. En las últimas horas se han formado colas frente a los supermercados. Unos 1.600 policías y gendarmes están movilizados sobre el terreno, en particular para “evitar saqueos”, indicó el prefecto