Después de veintiséis partidos, Claudio Giráldez vuelve al punto de partida: el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Consolidado como entrenador del Celta, presume de unas estadísticas envidiables y declara ambición para un equipo que aparece firme en la zona de confort de la tabla y con ganas de conseguir más.
La historia del porriñonero empezó con una victoria en el Sánchez Pizjuán y desde entonces ha ganado más de los que ha perdido, algo poco común hoy en día en un equipo como el Celta. El Sevilla, su primera víctima, será el octavo equipo al que se enfrente por segunda vez durante su corta trayectoria en La Liga. Hasta el momento, Las Palmas ha sido rival favorito con dos victorias, acumulando cuatro puntos ante Betis y Valencia, mientras que obtuvo una victoria y una derrota ante Alavés, Villarreal y Athletic. Actualmente, su talón de Aquiles es el Atlético de Madrid, que les ganó en ambos partidos por un estrecho margen.
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En estos nueve meses transcurridos desde su debut el 17 de marzo, Claudio Giráldez ha construido un equipo de autor, repleto de talento local, recuperando el ADN del Celta y consiguiendo el crédito unánime de todos los sectores del club y de la comunidad futbolística en sentido amplio. En su anterior visita a Sevilla llegó con la etiqueta de entrenador de emergencia para diez partidos, y hoy regresa renovado y con autoridad.
“Es un partidazo para volver a donde empezó todo, sobre todo teniendo en cuenta lo especial que ha sido este día”, afirmó el porriñoño sobre su debut. Giráldez también cree que su filosofía ha arraigado: “Creo que es importante, cuando entras a un lugar, dejar claro cómo te sientes, quién eres y cómo queremos que sea el equipo. Y creo que el equipo tiene lo hemos aceptado muy bien; tenemos, tanto el año pasado como este, un vestuario muy sano, con la idea de aportar, de ayudarnos unos a otros, y sobre todo, de creer en lo que tenemos. Me he sentido así desde el primer día”.
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A lo largo de este viaje, dotó al equipo de una fuerza fuerte en Balaídos, apoyada por una base de aficionados dedicada, pero al equipo le faltó consistencia fuera de casa. Desde este regreso al estadio de Nervión, el Celta sólo ha conseguido otras dos victorias a domicilio: la pasada temporada en Granada, logrando una supervivencia matemática, y esta temporada en Las Palmas, en una jornada en la que acabó con nueve jugadores. “Creo que será una batalla diferente, un partido diferente, con actuaciones muy características de lo que es el Sevilla este año, en un escenario que creo que me traerá buenos recuerdos, lo cual es positivo jugar un partido fuera teniendo en cuenta lo que pasó”. esta temporada”, comentó el técnico.
Esta tarde, al pisar un césped familiar, le espera una prueba. Uno de tantos en un mundo futbolístico que augura una larga carrera en los banquillos.
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