El ciclón tropical Chido, que se formó sobre el sureste del Océano Índico, está a punto de causar una devastación significativa a medida que se acerca a la costa este de África. Afectando a varios países de la región, cerca de 2,7 millones de personas podrían ver sus vidas trastornadas. Esto incluye poblaciones de Comoras (368.508), Madagascar (135.838), Malawi (440.479), Mauricio (225), Mozambique (1.753.234) y Seychelles (16), según el Análisis y Cartografía Automatizados de Desastres del PMA.
El ciclón, inicialmente clasificado como depresión tropical el 7 de diciembre, escaló hasta incluir vientos peligrosos que alcanzaron velocidades de hasta 121 mph, lo que lo hace equivalente a un huracán de categoría 4 antes de debilitarse ligeramente a categoría 3. Se espera que mantenga esta intensidad a medida que avanza su trayectoria oeste-suroeste, que tocará tierra cerca de Pemba, provincia de Cabo Delgado, Mozambique, el 15 de diciembre.
Se pronostican fuertes lluvias acompañadas de fuertes ráfagas de viento que inundarán regiones, particularmente donde las condiciones ya son precarias. Por ejemplo, UNICEF expresó gran preocupación por la vulnerabilidad de Cabo Delgado, donde las poblaciones empobrecidas dependen de necesidades mínimas como agua potable y saneamiento.
Los preparativos se han intensificado en todas las naciones afectadas. El Centro Nacional de Operaciones de Emergencia de Mozambique ha declarado: “Estimamos que alrededor de 2,5 millones de personas necesitarán asistencia y una posible evacuación”. Estas proyecciones subrayan el impacto previsto que tendrá el ciclón.
Sobre el terreno, las medidas de emergencia comenzaron con la difusión de avisos a las comunidades en riesgo, la emisión de advertencias y el reposicionamiento de suministros humanitarios. La estela del ciclón puede afectar a varios distritos, especialmente a los once distritos del sur de Malawi. Además de las inundaciones previstas, el Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres instó a los residentes a buscar terrenos más elevados como parte de las evacuaciones preventivas.
Los gobiernos y las ONG han estado colaborando estrechamente para movilizar recursos y personal para los directamente afectados. Según Chipiliro Khamula, portavoz del Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres de Malawi, “hemos alertado a todos los consejos y activado todos los grupos para acciones preparatorias rápidas”. Esta respuesta pone de relieve la velocidad a la que las autoridades están movilizando recursos para mitigar el empeoramiento de las condiciones.
El ciclón Chido tiene precedentes, con tormentas severas similares, incluidos los ciclones Freddy y Gombe, que devastaron las mismas regiones anteriormente. Estos incidentes históricos revelan la extrema necesidad de estar preparados y reflejan el creciente impacto del cambio climático en la actividad ciclónica, lo que contribuye a que las tormentas severas se vuelvan más frecuentes e intensas en todo el hemisferio sur.
Más al este, el camino proyectado de Chido prevé cruzar cerca de Madagascar, donde la Oficina Nacional de Gestión de Riesgos y Catástrofes también está en alerta, preparando posibles evacuaciones y movilización de recursos. Los esfuerzos de comunicación utilizan SMS, radio y televisión para informar a las comunidades sobre las condiciones cambiantes y las precauciones necesarias.
Existen preocupaciones adicionales, ya que el agua estancada podría amplificar los riesgos de brotes de enfermedades como el cólera, la malaria y el dengue, como señaló Crisis24, enfatizando el impacto a largo plazo del agua estancada en la salud pública. Las autoridades están coordinando la ayuda humanitaria, garantizando el acceso a agua potable y que los suministros médicos estén listos para ser desplegados.
Los desafíos operativos se ven magnificados por las lluvias continuas y posibles adiciones de otros sistemas climáticos, ya que Angola, Botswana, la República Democrática del Congo y Eswatini anticipan fuertes precipitaciones que afectarán sus climas regionales debido a la influencia del ciclón Chido.
Si bien el ciclón está a punto de impactar a numerosas naciones, sigue habiendo esperanza a medida que las comunidades se unen y se preparan. La Cruz Roja y otros equipos de respuesta a desastres han estado movilizando recursos, realizando campañas de concientización y garantizando que las familias comprendan la necesidad de tomar medidas preventivas, ya que el acceso a un refugio podría verse limitado.
En las zonas afectadas, las medidas que se adopten ahora determinarán los resultados en medio de una de las temporadas de tormentas más turbulentas vistas recientemente. Con todos los ojos puestos en el ciclón Chido, los socios humanitarios adaptarán estrategias para satisfacer las necesidades a medida que surjan, reforzando los sistemas de refugio y garantizando que las rutas de evacuación sean claras y coordinadas.
La llegada de Chido resuena como alarma y oportunidad: alarma por el desafío que presenta y oportunidad para la solidaridad entre las naciones que responden mediante el apoyo y la coordinación. Comprender los ciclos de la naturaleza y el espíritu comunitario necesario para resistir tales pruebas enfatiza la resiliencia que se encuentra en las regiones más vulnerables.
Con fuertes lluvias, vientos de hasta 120 km/h y riesgos de inundaciones, la inminente llegada a tierra del ciclón Chido plantea graves amenazas. Las comunidades preparadas para el impacto reflejan tanto la urgencia de la respuesta como la necesidad apremiante de una conciencia global sobre la dinámica climática.