François Bayrou, designado sucesor de Michel Barnier en el cargo de Primer Ministro, se prepara para trasladarse a Matignon este viernes. Sin embargo, Simone Veil, ex ministra centrista, describió en 2007 al amigo íntimo del Presidente de la República, del que afirmaba conocer “todo su pasado”, como el “peor de todos”.
No pasarán sus vacaciones juntos. Anunciado en la terna del Presidente de la República como posible sucesor de Michel Barnier como Primer Ministro, François Bayrou estuvo este viernes por la mañana en el Elíseo para reunirse con el Jefe de Estado.
Sin embargo, esta opción está lejos de ser unánime en la izquierda. El primer secretario del PS, Olivier Faure, rechazó esta opción el miércoles, mientras que Manuel Bompard, coordinador nacional de LFI, mencionó incluso el miércoles una moción de censura en caso de nombramiento de este último en Matignon.
Simone Veil, ex ministra de Salud de Edouard Balladur, también calificó de “impostura” al actual Alto Comisionado para la Planificación a mediados de marzo de 2007. Aseguró, en una entrevista con Hoy en Francia/Le Parisien, que François Bayrou era “el peor de todos” como candidato presidencial.
En aquel momento también había optado por el apoyo de Nicolas Sarkozy. “Hay que elegir y yo elegí. Yo no soy socialista y Bayrou es peor”, declaró Simone Veil hace 17 años.
“Conozco todo su pasado y sus sucesivas traiciones”
En esta entrevista, Simone Veil dio algunos ejemplos para justificar su punto de vista, basándose según ella en el conocimiento de “todo su pasado y sus sucesivas traiciones”.
Dijo que el día después de que Jacques Chirac se clasificara para la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1995, François Bayrou le anunció que declararía inmediatamente al ganador. Consideró indecente apresurarse “sólo para seguir siendo Ministro de Educación Nacional y seguir sin hacer nada”.
También puso como ejemplo el momento en que intentó convencer a estos últimos de que no tocaran la ley Falloux, que suspende el monopolio de la universidad sobre las escuelas, para no reavivar tensiones en el ambiente escolar. “Él respondió que no le importaba, que quería poder poner a sus hijos en el sector privado. Sobre todo, puso a un millón de personas en la calle”, confió el ex ministro sobre él.