Les aseguro que vacía ya impresiona. La vi ayer cuando me equivoqué de camino una vez salí de la rueda de prensa de Nuri Sahin y acabé casi en el centro del campo del Signal Iduna Parktambién conocido como Westfalen Stadion. Les hablo de la que pasa por ser la grada más importante de Europa compitiendo con The Kop en Anfield. Creo que la de los alemanes impone más, mañana les cuento después de que el Barça juegue ante el Borussia Dortmund (21 horas Movistar Liga de Campeones) su cuarto partido de la Champions, donde deberá saltar dos muros (sigue el partido en directo en As.com).
El primero de los muros es el de la grada, que la llaman por aquí el Muro Amarillo aunque oficialmente es la Sütribüne, una mole de cemento de 100 metros de ancho y una inclinación de 37 grados (la de un trampolín de saltos de esquí) donde sin asientos se acumulan 25.000 personas que no dejan de animar. Pero hay otro muro por saltar. El que se impone el propio equipo de Flick.
Vive el equipo blaugrana momentos de crisis de crecimiento. Tanto en LaLiga como en la Champions su posición parece envidiable y consolidada, pero cada partido parece una moneda al aire: antes del mismo, durante y al final especialmente, donde el equipo catalán ha dejado escapar puntos que ente el Celta o el Betis parecían conquistados. Seguramente, ese muro mental le afecta más al Barça que los 25.000 que se van a pasar el partido pegando alaridos. Esos, pueden animar a los suyos, pero el Barça debería de estar por encima de estas cosas.
Los alemanes van a necesitar de su público más que nunca, porque la lista de bajas que presentan es más que significativa.
El último fin de semana Sahin perdió para el partido de hoy a sus dos centrales titulares y a Baier. Además confiaba en que Brandt pudiera llegar a tiempo para el partido. Ninguno de ellos estará mañana ante el Muro. Quien sí que estará es el capitán Emre Can, recuperado ya de unas molestias en la espalda y cumplida su sanción por expulsión. En Can y el joven inglés Gittens están puestas las esperanzas locales.
En el Barcelona lo más probable es que Flick repita el once del último partido ante el Betis, que es el que se considera el de lujo y el más competitivo, aunque la acumulación de minutos empieza a pesar en las piernas de los jugadores que más han sido utilizados. Pero hoy no parece el mejor día para realizar rotaciones. Puede que llegue ante el Leganés.
Con los cambios que realizó Hansi Flick ante el Betis dio la sensación de que priorizaba la Champions. El técnico sabe que ganar e Dortmund virtualmente aseguraría quedar entre los ocho primeros al final de la liguilla.
Para lograrlo, cuenta con Lewandowski, la pesadilla de su ex equipo desde que les dejó por el Bayern. Este es otro al que le pondrán un muro
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