Nochebuena en una elegante casa de campo: buena comida, vino, karaoke. Al día siguiente, el propietario ha muerto. Los detectives de la “escena del crimen” de Bremen lo saben: el asesino se encuentra entre los invitados.
Navidad con la familia naviera Wilkens: el capitán Hendrik Wilkens (Matthias Freihof) celebra en su casa de campo con su marido, sus hijos y sus nietos, y un marinero filipino (Jernih Agapito) de la misión de marinos también está invitado a pasar las vacaciones. La Nochebuena es feliz y alegre, pero al día siguiente Hendrik Wilkens yace muerto en su estudio con una herida de bala. Para las investigadoras de Bremen, Liv Moormann (Jasna Fritzi Bauer) y Linda Selb (Luisa Wolfram), rápidamente queda claro que se puede descartar un robo-asesinato. El asesino debía estar todavía en la casa, pero ¿quién tenía motivos para perturbar la armoniosa paz navideña?
Esta “escena del crimen” es más una película navideña que un thriller policial: el árbol genealógico del capitán y la mesa del banquete están tan lujosamente decorados que incluso Martha Stewart tomaría notas. El brillante árbol de Navidad de la comisaría de los cascarrabias navideños Moormann y Selb crea un bonito contraste. En un momento dado, el Niño Jesús incluso muestra el camino durante una persecución por el mercado navideño. En resumen: el ambiente festivo se respira constantemente en la “escena del crimen”. A esta atmósfera especial contribuyen también las visualizaciones ocasionales del posible desarrollo de los acontecimientos, de modo que podemos observar a los detectives desconcertados.
Si ya estás escuchando “Last Christmas” de “Wham!” Si ya no puedes oírlo, es mejor no encenderlo: la pegadiza melodía suena en bucle continuo.
Ambos son caballos de batalla y no fanáticos de la Navidad. Cada uno se ocupa del servicio navideño a su manera: mientras Selb vive espontáneamente la “mejor Navidad de su vida” y coquetea alegremente con un atractivo marinero en la fiesta de Navidad de la misión marítima, Moormann se deja convencer para celebrar un festín con los sospechosos más tarde. Frustrado, se abre paso masticando solo un stollen navideño. Todo esto la distrae de su complicada historia familiar, que ella desvela un poco en esta “escena del crimen”: su hermana está en prisión, pero ella se abstiene de hacer una visita navideña allí en el último segundo. Por eso le cuesta tolerar incluso estar de buen humor.
El domingo por la noche, comida ligera: el “Tatort” de Bremen crea un ambiente navideño y ofrece una novela policíaca clásica con pocas sorpresas y bellas imágenes.