TRIBUNA – La larga ceremonia de reapertura de la catedral fue una sucesión de pequeños éxitos, cuya suma constituye un acontecimiento, afirma entusiasmado el filósofo. Durante la misa, el eje del globo parece haberse desplazado y la gracia ha tocado a nuestros líderes, añade.
Último trabajo publicado por Pascal Bruckner : Sufro, luego existo. Retrato de la víctima como héroe, Grasset, 2024.
La tarde del sábado 7 de diciembre, Notre Dame de París era el centro del mundo. La destrucción del edificio que se incendió en abril de 2019 conmovió a todo el planeta, que lo adoptó como un bien esencial para la humanidad. Allí sucedió algo que pareció fundamental para todas las naciones y que la misa de reapertura consagró brillantemente. La ceremonia que reunió a dignatarios de todos los continentes y de todos los credos fue puesta bajo el signo de la luz y la resurrección. Antes de su reconstrucción, Notre Dame era majestuosa pero gris, pero oscura a pesar de algunas renovaciones y como aplastada por su propia grandeza. Nos habíamos acostumbrado a esta maravilla tan cotidiana, ya no la mirábamos o apenas la mirábamos. Tuvo que arder para recuperar su atractivo ante los ojos de los franceses, creyentes o no creyentes, a pesar del sarcasmo de…
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