Después de su título olímpico conquistado en la burbuja sanitaria de Pekín en 2022, pusieron el broche de oro a su temporada con un quinto título mundial conquistado en marzo en Montpellier. Luego dejaron dudas sobre sus intenciones antes de anunciar finalmente, unos meses más tarde, en el apogeo de sus carreras, su deseo de tomarse un descanso para “tomarse un tiempo para descansar”, después de 17 años al alto nivel.
Desde su retirada del circuito competitivo, han participado en numerosas giras de espectáculos por todo el mundo, sin cerrar nunca la puerta a un regreso y han mantenido el misterio sobre sus proyectos. Pero Papadakis y Cizeron, de 29 y 30 años respectivamente, finalmente decidieron retirarse, “ir por caminos separados”, al final de una carrera deslumbrante y, por lo tanto, no defenderán su título en los Juegos Olímpicos de Milán 2026.
“No podríamos haber pedido una carrera mejor”, agregaron. “Esta carrera se la debemos a nuestros entrenadores, a nuestros padres, a nuestra federación, a nuestros coreógrafos, preparadores físicos y mentales, diseñadores de vestuario, agentes, fisioterapeutas, médicos, aficionados, periodistas… sin los cuales nunca hubiéramos alcanzado el nivel más alto de nuestro arte. »
Nuevos territorios
Para los dos patinadores, la aventura comenzó en el hielo de Clermont-Ferrand cuando Catherine Papadakis, su primera entrenadora y madre de Gabriella, decidió asociarlos en 2005. Entre Gabriella, de risa fácil y sonora, y Guillaume, más reservado. la corriente pasa inmediatamente. Fue entonces, en el verano de 2014, antes de su segundo invierno como seniors, cuando las carreras de los dos bailarines recibieron un impulso. Los dos franceses hacen las maletas en Montreal para reunirse con su entrenador Romain Haguenauer y la escuela creada por los canadienses Marie-France Dubreuil y Patrice Lauzon. Allí encuentran el equipo y las condiciones de entrenamiento que los impulsarán a la cima.
Desde entonces, Papadakis y Cizeron acumulan premios: cinco coronas mundiales (2015, 2016, 2018, 2019 y 2022), cinco coronas europeas (2015-2019), una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2018 y finalmente la consagración olímpica en 2022. Pero más allá Tras las medallas, el mundo del patinaje recordará sobre todo la ambición artística sin igual de los dos franceses.
Lejos del kitsch y el brillo que suelen inundar las pistas de hielo, demostraron, programa tras programa, su constante deseo de explorar nuevos territorios. “Queremos innovar, hacer lo que nadie ha hecho nunca y llevar el patinaje en una nueva dirección”, se mostró ambicioso Papadakis en 2016, entonces nuevo doble campeón del mundo.
Desde sus inicios, no pretendieron “sólo vencer a los demás” sino también “tocar a la gente”: una misión exitosa y con gran éxito. Desde “To Build a Home” del grupo británico Cinematic Orchestra en 2016, hasta la Elegía de Fauré premiada con el oro en los Juegos Olímpicos de 2022, habrán marcado su época por la gracia y la ligereza de su patinaje así como por su calidad de interpretación, su área de excelencia.
La “pesadilla” de Pyeongchang
Otro de los programas de la pareja también será recordado, pero no por los motivos que hubieran esperado. Los dos patinadores, que lucharán por el oro en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang en 2018, están viviendo allí su “peor pesadilla”. Desde los primeros segundos de su baile rítmico, patinando al ritmo del inmenso hit “Shape of You” de Ed Sheeran, se desprende la gargantilla que sujeta el top con flecos de Papadakis. Desestabilizados por este percance, perdieron puntos preciosos y, a pesar de un programa gratuito impresionante, ¡vieron cómo el oro se les escapaba de debajo de los patines por 79 centésimas!
Pero cuatro años después de esta amarga medalla de plata, las dos bailarinas volvieron más fuertes y consiguieron conquistar en Pekín el único oro que faltaba en su excepcional palmarés. “Inefable” para ella, “una lavadora de emociones” para él, que “se contuvo de gritar”. “El peso de esta medalla es asombroso. Es el símbolo de todo lo que hemos pasado”, explica Papadakis.