La receta Pagliuca y los Friedkins, la cara triste de América

-

Es decir, en el momento en que las coreografías y las canciones del público giallorossi -pasión inglesa en un corazón latino, embellecida por la contribución de un campeón como Antonello Venditti- dan paso a las actuaciones de un equipo formado regularmente en verano pasando cientos de millones centrándose en los nombres, más que en las necesidades. Luego, confiar al desafortunado entrenador de turno (Mourinho, De Rossi, Juric y Ranieri los últimos en orden de tiempo) la tarea de colocar sobre el terreno de juego la variada colección de cromos sacados del mercado.

Y si el partido de esta noche lleva inevitablemente a una comparación entre los accionistas estadounidenses de Atalanta y Roma, así como entre los equipos en el campo, aquí los Friedkins, comparados con Pagliuca, representan la cara triste de América, para citar una famosa canción de Enzo. Jannacci. Quizás orientado, después de tantos errores, a emprender el camino trazado por el copresidente nerazzurri. Atención: Ranieri, entrenador y hombre fuerte local de la propiedad, diseñado para el futuro después de esta temporada como barquero (y también un poco como pararrayos) recuerda en algunos aspectos al Atalanta Percassi como un símbolo y un futbolista de sentido común. Competencia y apego a los colores. Aunque está claro que Sir Claudio no tiene, entre sus muchas cualidades, la capacidad empresarial de la familia nerazzurri. Ya veremos, mientras tanto, Ranieri hoy seguirá siendo un rival en el banquillo de Gasperini, a quien le quitó el récord de ser el entrenador más viejo de la Serie A. Y para Gasp esto puede ser suficiente, dado que el progreso de la La jornada (la Lazio derrotada en Parma y la Juve bloqueada en Lecce, dos campos en los que el Atalanta parecía un equipo de marcianos…) fue tal que esta noche los nerazzurri podrían encontrarse solos en la segunda plaza. También por la suspensión del partido entre Fiorentina e Inter, tras la enfermedad que afectó al jugador de la Viola en el césped Eduardo Bove mantuvo a todos en suspenso, evocando los espectros de tragedias antiguas y recientes.

Por cierto: un pensamiento y un abrazo al niño, nacido y criado en los Giallorossi, que se mostrará espontáneo y obediente esta noche en el Olímpico. Y los bergamascos no se detendrán.

Morocco

-

PREV El escritor Richard Curtis explica por qué Julia Roberts rechazó una secuela de ‘Notting Hill’: ‘Una idea muy mala’
NEXT El frío De’Andre Hunter da la victoria a los Hawks • Basket USA