Emmanuel Macron inició el lunes una visita de Estado de tres días a Arabia Saudita, un actor regional clave con el que París quiere intensificar sus vínculos, en medio de una crisis política en Francia.
El presidente aterrizó poco antes de las 16H00 GMT en Riad, la capital del reino, mientras el Gobierno francés, en el poder desde hace poco más de dos meses, se prepara para ser derrocado en el Parlamento.
El Primer Ministro, Michel Barnier, pidió por la tarde la adopción sin votación del presupuesto de la Seguridad Social, allanando el camino para una moción de censura que tiene todas las posibilidades de ser votada en los próximos días.
El jefe de Estado, que no hizo comentarios sobre la situación política en Francia, se dirigió inmediatamente al Palacio Real para un primer encuentro cara a cara seguido de una cena con el príncipe heredero Mohammed bin Salman, gobernante de facto del reino.
Emmanuel Macron, fuerte por su papel en el alto el fuego en el Líbano, pretende reforzar la influencia de Francia en la región, sacudida por múltiples conflictos, antes del regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca.
También espera recuperar el margen de maniobra internacional que ha perdido por completo en la escena nacional desde la disolución en junio.
Se trata de su tercer viaje a Arabia Saudí desde 2017, una “relación muy estrecha” a la que el hombre fuerte del país, marginado tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Turquía, respondió con tres visitas oficiales a Francia.
Los dos líderes “realizarán una mejora de la relación bilateral al nivel de una asociación estratégica”, anunció el Elíseo, recordando que la última visita de Estado presidencial se remonta a Jacques Chirac en 2006.
Verán cómo “trabajar juntos” en los conflictos que sacuden la región y los riesgos de una escalada generalizada.
Con el Líbano en el “centro de las discusiones”, tras una frágil tregua que entró en vigor el miércoles entre Israel y el movimiento chiita Hezbolá, apoyado por Irán.
Emmanuel Macron espera el apoyo saudí al ejército libanés, que se está redesplegando en la frontera con Israel pero carece de recursos, y la resolución de la crisis política que sacude al Líbano desde hace más de dos años.
– Apoyo al Líbano –
La monarquía del Golfo, que durante mucho tiempo tuvo influencia política y financiera en el Líbano, se ha retirado en los últimos años ante el caos político y el creciente peso de Hezbollah.
Este último ha salido muy debilitado del conflicto con Israel y Riad podría decidir “financiar nuevamente adquisiciones en beneficio de las Fuerzas Armadas libanesas, o incluso ayudas a la economía libanesa”, sugiere en París un experto en la materia.
Los dos países también piden un alto el fuego en Gaza y un “resultado político” al conflicto palestino-israelí basado en la solución de “dos Estados”.
Arabia Saudita, hogar de los lugares más sagrados del Islam, está en conversaciones con Washington para normalizar las relaciones con Israel y otorgar garantías de seguridad a Estados Unidos.
Pero a mediados de septiembre, el príncipe heredero descartó el reconocimiento de Israel antes de la “creación de un Estado palestino”.
La ofensiva lanzada en Siria por grupos rebeldes liderados por islamistas contra el régimen de Bashar al-Assad también reabre un nuevo frente de inestabilidad.
La visita presidencial tendrá un importante componente económico el martes, ya que el reino, el principal exportador mundial de petróleo crudo, se ha embarcado en una diversificación acelerada para afrontar el potencial post-petróleo.
Los dos países pretenden “reforzar muy significativamente” sus intercambios económicos que no están “a la altura de ambiciones comunes”, subraya el Eliseo.
– Contratos –
El Jefe de Estado estará acompañado por una cincuentena de jefes de grandes grupos franceses (Total, EDF, Veolia…) y de empresas emergentes (Pasqal, Alan, Mistral…) emblemáticas de la economía del futuro.
Los dos países quieren iniciar una cooperación en todos los sectores del futuro, desde la transición energética hasta la inteligencia artificial, en línea con el amplio programa del príncipe heredero para modernizar la sociedad y la economía sauditas (Visión 2030).
También se están llevando a cabo conversaciones para la adquisición de aviones de combate Rafale por parte de Arabia Saudita. “La visita del presidente podría permitir tomar una decisión, no necesariamente un anuncio”, según una fuente cercana al asunto.
Francia es también un socio clave de Riad en materia cultural y turística, con el desarrollo de un megaproyecto de 20 mil millones de dólares en torno al oasis y sitio arqueológico de Al-Ula, al norte de Medina (noroeste).
Emmanuel Macron asistirá a la Cumbre One Water sobre la gestión del agua el martes en Riad antes de unirse a Al-Ula el miércoles, en particular con la ministra de Cultura, Rachida Dati, con anuncios en perspectiva.