Un cadáver de ballena encontrado varado en la playa de Legian, en la aldea de Legian, subdistrito de Kuta, Badung Regency, Bali, el 29 de noviembre de 2024 llamó la atención después de que los informes sobre el descubrimiento se volvieran virales en las redes sociales.
Tras el informe, el Centro de Conservación de Recursos Naturales de Bali (KSDA) desplegó inmediatamente un equipo para examinar la escena directamente.
Durante la investigación inicial, se obtuvo información de la comunidad local, que encontró el cadáver de la ballena. Steven, de la Fundación Westerlaken, dijo que la ballena varada no pudo ser identificada por su especie, peso o sexo.
Según las estimaciones, la ballena medía unos 7 metros de largo y 2 metros de ancho. Desafortunadamente, cuando fue encontrada, la condición de la ballena ya se encontraba en descomposición, se sospechaba que había muerto 3 a 4 días antes debido a que quedó varada y enredada en redes.
“Con base en los resultados de la investigación o examen realizado, se obtuvo información de la comunidad local y del drh. Steven, de la Fundación Westerlaken, dijo que la ballena varada no pudo ser identificada por su tipo, peso y sexo”, dijo la directora de Bali BKSDA, Ratna Hendratmoko, según informó Tribuna de Bali.
Cuando los agentes llegaron al lugar, el cadáver estaba en proceso de ser enterrado por la comunidad, Legian Village y DLHK Badung Regency.
Esto impidió la necropsia y el muestreo del cadáver de la ballena para determinar la especie exacta y la causa de la muerte.
Fenómeno de las ballenas varadas
¿Has leído alguna vez noticias sobre ballenas varadas en la playa? Este incidente suele atraer la atención de los medios y del público, especialmente cuando el número de ballenas varadas es bastante grande o incluso involucra especies raras.
Una de las causas más comunes de los varamientos de ballenas es su estado de salud.
Las ballenas enfermas o heridas pueden perder la capacidad de nadar bien o navegar adecuadamente.
Si su condición empeora, pueden terminar varados en la playa, lo que podría provocarles la muerte por agotamiento o deshidratación.
Otras actividades humanas, incluida la caza y las actividades comerciales cerca de la costa, también pueden causar estrés a las ballenas.
Las ballenas que se sienten amenazadas o asustadas pueden entrar en pánico y correr involuntariamente hacia la costa, evitando lo que perciben como una amenaza.