“El fiscal está triste por tener hoy ante usted a altos funcionarios del Estado”

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El exjefe de inteligencia nacional Bernard Squarcini (centro), con sus abogados, Patrick Maisonneuve y Marie-Alix Canu-Bernard, en el tribunal judicial de París, el 13 de noviembre de 2024. GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP

Fue un fiscal dolido quien presentó su acusación, el jueves 28 de noviembre, en el proceso contra el exjefe de inteligencia interna Bernard Squarcini y otros nueve acusados ​​ante el tribunal judicial de París. “El fiscal está triste por tener hoy ante usted a altos funcionarios del Estado y haber pasado sus últimos días en conversaciones que los jueces de instrucción calificaron de “discusiones de narcotraficantes” sobre los hechos”, lamenta Hervé Tetier, en referencia a los debates semánticos que animaron la audiencia sobre el significado de “vigilancia” e “infiltración”.

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Junto al Sr. Squarcini, se encontraban principalmente funcionarios actuales de la policía y de los servicios de inteligencia que respondieron a sus solicitudes mientras trabajaba para LVMH, así como ex altos funcionarios que se convirtieron en empleados o proveedores de servicios del grupo de lujo.

El ex jefe de espías es el hilo conductor de este extenso procedimiento relacionado con hechos que datan de 2008 a 2016. Por ello, el fiscal solicitó las penas más severas contra él: cuatro años de prisión condicional, 300.000 multas, decomiso de más de 460.000 euros incautados durante el investigación, prohibición de realizar una actividad vinculada a “inteligencia, vigilancia, asesoramiento e inteligencia económica” por cinco años, con ejecución provisional, así como inhabilitación para ejercer el servicio público por el mismo período. “Parece claramente que [le contrat de 2,2 millions d’euros liant Bernard Squarcini à LVMH] estaba destinado a remunerar algo distinto a [ses] habilidades de inteligencia, la “otra cosa” es el tráfico de influencias”continuó el fiscal.

“Me ataca una amnesia generalizada”

Estas solicitudes son tanto más gravosas cuanto que “repetido” sobre la “recopilación de datos personales por medios fraudulentos”, explica el fiscal. El Sr. Squarcini fue condenado en 2014 por haber solicitado las fadettes de un periodista de mundo para descubrir sus fuentes.

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Hervé Séveno, Jean-Charles Brisard y Albert Farhat – acusados ​​en la parte de la causa relativa a la vigilancia e infiltración del periódico Faquirmientras su fundador, François Ruffin, hoy diputado (varias izquierdas) por el Somme, trabajaba en el documental Gracias jefe! – también son objeto de fuertes requisas por su falta de reconocimiento de los hechos. “Me llama la atención la amnesia general que parece haber afectado a un gran número de acusados ​​respecto de lo que enviaron o recibieron. Afortunadamente existen elementos objetivos como interceptaciones telefónicas, SMS, correos electrónicos, informes y trombinoscopios.explica el fiscal. Estamos en presencia de profesionales de inteligencia que conocen muy bien [ce qu’ils faisaient]. »

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