Nuevamente derrotado en casa por el Le Havre el domingo (2-0, 12.ª jornada de la Ligue 1), el Nantes se encuentra en una situación extremadamente delicada. Si bien Antoine Kombouaré parece debilitado, Canarias también está expuesta a importantes sanciones tras los incidentes con la afición.
Frente al Le Havre (derrota por 2-0, 12.ª jornada de la Ligue 1), el estadio Beaujoire vivió el domingo otra jornada surrealista, con un partido interrumpido dos veces por la acción de la afición. El tiempo añadido de tres minutos se disputó en el estadio casi vacío, mientras el FC Nantes perdía 0-2 ante el Le Havre, competidor directo por el descenso. Entre los resultados catastróficos, el futuro de Kombouaré y las sanciones disciplinarias que se avecinan, el FC Nantes amaneció con resaca.
Si los jugadores del FC Nantes no regresarán a Jonelière hasta el martes por la tarde, nada dice por el momento que los entrenamientos estarán a cargo de Antoine Kombouaré y su equipo. El domingo por la noche, tras recibir un golpe en la cabeza, la dirección del club se entregó la noche anterior a tomar una decisión sobre el futuro de Antoine Kombouaré. Waldemar Kita y su hijo se encuentran en una situación común a muchos otoños en Loira Atlántico: el fracaso de los resultados.
Terceras en la clasificación después de tres jornadas y siete puntos conseguidos, Canarias no ha dejado de caer en la clasificación con tres puntos conseguidos sobre 27 posibles y ni una sola victoria desde el 1 de septiembre, es decir, nueve partidos. Fueron necesarios 11 años sin éxito en 2023 para que la familia Kita se separara de Kanak. El año pasado, después de 13 jornadas, su sucesor Pierre Aristouy dio paso a Jocelyn Gourvennec, ya después de un partido contra Le Havre y a pesar del empate. Aristouy anotó 15 puntos en 13 partidos y quedó en la undécima posición, mientras que los hombres de Kombouaré ahora tienen sólo 10 puntos en doce partidos y están en un play-off por primera vez esta temporada antes de viajar a París el próximo sábado.
Una separación que podría salir cara
“Antoine Kombouaré no está debilitado, espero irme antes que él”. Estas fueron las palabras de Waldemar Kita hace tres semanas antes de la recepción en Marsella (derrota por 2-1). Desde entonces, el presidente y su hijo necesariamente comenzaron a pensar si la separación aún puede esperar o si el botón ya debería estar presionado. Al mediodía de este lunes, la familia Kita no comunicó sus intenciones. Antoine Kombouaré y Alban Lafont, los únicos que hablaron el domingo por la noche, estaban en la misma onda: superar esto juntos. Hay que decir que en estos tiempos difíciles para el fútbol francés, extender un cheque de 2 o 3 millones al canaco que ha renovado un contrato hasta junio de 2026 no mejoraría las finanzas.
Se esperan fuertes sanciones
Y las finanzas del club también podrían sufrir otro revés. El 7 de abril, Beaujoire sonaba vacío. El FC Nantes se enfrentó al Lyon a puerta cerrada debido al uso de casi 300 bombas de humo en las gradas tres semanas antes contra el Estrasburgo. Un déficit cercano al millón para el club que podría repetirse si el comité disciplinario de la LFP decide sancionar duramente al FC Nantes por los actos violentos de una cuarentena de encapuchados que intentaron invadir el terreno de juego el domingo por la tarde durante el tiempo añadido. La interrupción de la reunión en dos ocasiones podría estar en el menú de la comisión disciplinaria de la Liga que se reunirá el miércoles. Una retirada de puntos, una sesión a puerta cerrada parcial o total son de hecho parte de las sanciones previstas en este tipo de circunstancias.