Ya hace tiempo que cae la noche en Mollégès (Bouches-du-Rhône), cuando Stéphane Vanhaerens, de 37 años, se pone su traje naranja, besa a sus hijas y a su mujer y se incorpora, a 40 minutos de distancia, al patio de clasificación de Miramas.
Agente de reserva de SNCF Freight, es maquinista de locomotoras: su locomotora realizará operaciones de remolque en el lugar durante toda la noche.
Ex albañil, se unió a esto “casa grande“¿Qué es la SNCF en 2018?”En mis ojos, era algorecuerda. Seguridad laboral, cierta camaradería familiar y luego ventajas: billetes de tren gratuitos, vacaciones con pensión completa, ¡nunca antes lo había experimentado!“Trabaja horas impares y gana, con bonificaciones, entre 2.500 y 3.000 euros al mes”.Pero trabajo de noche, tres de cada cuatro fines de semana. Es cierto que para la vida familiar no es lo ideal.“.
En 2018, Stéphane fue uno de los últimos contratados como trabajador ferroviario en Fret SNCF. En la estación de Miramas, 80 agentes, lo mismo ocurre con la mitad de sus compañeros: los demás son contractuales, temporales… Esta diferencia de estatus, considera, complica la movilización, mientras que los sindicatos han convocado a la huelga el 21 de noviembre y ahora se encaminan hacia un movimiento renovable a partir del 11 de diciembre. “No todo el mundo se siente afectado de la misma maneraseñala. Y eso es normal porque no sabemos qué pasará con nosotros en el negocio del transporte de mercancías. El 7% de los puestos de trabajo estarían amenazados, pero ¿cuáles? estamos en la oscuridad“.
Esta falta de perspectivas claras es lo que le da a este delegado de la CGT la motivación para movilizarse. “En algún lugar sabemos que no ganaremos nada pero luchamos para, al menos, no perder.“, explica.