Las adaptaciones de la red De Lijn en Vilvoorde forman parte del plan de accesibilidad básica. “Ya hemos implementado tres fases en los últimos años. La cuarta y última fase es también la más importante para De Lijn. Con los ajustes queremos evolucionar hacia un modelo impulsado por la demanda”, afirma Steven Gijbels de la región de transporte Vlaamse Rand. “También se están introduciendo una serie de cambios para tener en cuenta, por ejemplo, conexiones ferroviarias adaptadas o obras viales que requieren un desvío prolongado”.
En Vilvoorde habrá una nueva línea urbana. Será una combinación de las antiguas líneas 287, entre Houtem y Vilvoorde, y 280, entre Grimbergen Verbrande Brug y Vilvoorde. También habrá ajustes para el Ringtrambus. “El número de línea cambiará, porque la actual 820 pasará a ser la R20. Además, la frecuencia aumenta. Durante toda la semana conducimos siempre cada quince minutos, también los fines de semana en el tramo entre el aeropuerto y la estación de Vilvoorde”, afirma Gijbels.
Pero también en la región de Vilvoorde y, por extensión, en todo el rand flamenco, los servicios siguen bajo presión debido a una combinación de un mercado laboral sobrecalentado y una flota de autobuses obsoleta, lo que obliga a De Lijn a cambiar localmente. “Por lo tanto, algunos aumentos de frecuencia propuestos no se pueden implementar, pero el impacto sigue siendo limitado para los viajeros. Se trata, por ejemplo, de viajes muy tempranos o muy tarde que se cancelan”, afirma Gijbels.
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