“Está de buen humor, le va bien y lee mucho, pero me preocupa su salud porque tiene diabetes”, dijo un familiar cercano a través de una aplicación de mensajería cifrada. A los 76 años, Jimmy Lai, el fundador de la única prensa prodemocracia de Hong Kong (ahora silenciada), se encuentra recluido en la prisión de máxima seguridad de Stanley desde 2020. Podría enfrentar cadena perpetua.
Aunque robusto, los años de aislamiento (mantenido completamente apartado de otros prisioneros) le han pasado factura, tanto física como mentalmente. Sin embargo, su amigo Benedict Rogers, un activista de derechos humanos radicado en el Reino Unido y experto en China, se tranquiliza diciendo: “Está sostenido por una fuerza espiritual extraordinaria”.
“La Biblia está al lado de su cama en su celda”
“La fe es fundamental en su vida”, dijo Rogers, fundador de Hong Kong Watch, una organización de derechos humanos. Rogers, bautizado de adulto en Myanmar, notó la profunda conexión de Lai con los textos espirituales. “En prisión, Jimmy encuentra consuelo en las lecturas espirituales: St. Tomás de Aquino, escritos de papas y teólogos y, por supuesto, la Biblia, que permanece junto a su cama”.
Lai, el preso político más destacado de Hong Kong, ya ha sido condenado a varios años de prisión por “colusión con fuerzas extranjeras”. Sin embargo, se mantiene firme. “Él cree firmemente que su lugar como defensor de las libertades está en prisión y está preparado para afrontar este inmenso desafío”, añadió Rogers.
De refugiado a magnate de la prensa
El extraordinario viaje de Lai comenzó a los 12 años, cuando escapó de China continental nadando hasta Hong Kong. Comenzó en fábricas y vendió flores de plástico, y poco a poco fue ascendiendo en la escala social.
En 1989, Lai había construido un imperio textil y de medios en Hong Kong y Taiwán. Sin embargo, las protestas estudiantiles chinas en la plaza de Tiananmen y su posterior masacre alteraron profundamente su trayectoria profesional y espiritual.
Durante las protestas, Lai produjo cientos de miles de camisetas estampadas con la palabra “Democracia” e imágenes de líderes estudiantiles. En 1990, dijo: “Esos estudiantes, que exigían más libertad y menos corrupción, inspiraron orgullo y esperanza por un futuro libre y democrático en China y Hong Kong”.
“No sólo de pan vive el hombre”
Los acontecimientos del 4 de junio de 1989 dejaron a Lai profundamente entristecido y enfurecido. Poco después, lanzó periódicos considerados de oposición por Beijing. Vio esto como una forma de demostrarle al régimen que no tenía miedo. Lai citaba a menudo las Escrituras y decía: “Dios dijo que no sólo de pan vive el hombre”.
En 1997, durante la entrega de Hong Kong a China, Lai experimentó un despertar espiritual que lo llevó a convertirse al catolicismo. Bautizado por el cardenal salesiano Joseph Zen Ze-kiun de Hong Kong, Lai reflexionó: “Necesitaba coraje y Dios me abrió sus puertas”.
Un compromiso inquebrantable
La esposa de Lai, Teresa, una católica devota, lo introdujo en la fe a través de su asistencia regular a la iglesia. Esto profundizó su búsqueda de un propósito superior más allá del éxito material. “Su pobreza infantil, sus luchas en las fábricas y su eventual riqueza podrían haberlo satisfecho, pero estaba claro que buscaba algo más grande”, explicó Rogers.
En 2019, Lai estaba a la vanguardia de las protestas a favor de la democracia en Hong Kong, marchando bajo una intensa lluvia o un calor abrasador. También asistió a vigilias católicas que conmemoraban la masacre de la Plaza de Tiananmen, reuniones ahora prohibidas en toda China.
Cuando Beijing impuso su ley de seguridad nacional en 2020, Lai fue arrestado y su periódico, manzana diariafue allanado. Había anticipado este momento durante mucho tiempo y comentó: “Si sufro, será como Jesús en la cruz. Sentiré la gracia de Dios”. A pesar de tener pasaporte británico y disponer de los medios para huir, Lai decidió quedarse, considerando su lucha como una obligación moral.
“Si yo no lucho por la democracia, ¿quién lo hará?” preguntó poco antes de su arresto. Ahora, frente a cadena perpetua, la historia de Lai sirve como testimonio de su fe, coraje y compromiso inquebrantable con la dignidad humana.
Breve biografía
- 1947: Nace Lai Chee-ying en Guangdong, China.
- 1959: Nada hasta Hong Kong como refugiado.
- 1989: Se convierte en un empresario rico y comienza a defender la democracia durante las protestas en la Plaza de Tiananmen.
- 1997: Se convierte al catolicismo tras la entrega de Hong Kong.
- 2019: Apoya activamente las protestas a favor de la democracia.
- 2020: Detenido y acusado de “colusión con fuerzas extranjeras”; Ahora se enfrenta a cadena perpetua a los 76 años.