Al ser el tiburón blanco una especie en peligro de extinción en el Mediterráneo, la observación de un ejemplar frente a la costa de Var es una buena noticia para los científicos, que señalan que no hay motivos para temer la presencia de tiburones.
El animal no pasó desapercibido. Un gran tiburón blanco fue observado a principios de noviembre en aguas del Mediterráneo, frente a la isla de Porquerolles. Con un tamaño estimado de entre 3,5 y 4,5 metros, la apariencia del tiburón no tranquiliza a algunos navegantes costeros.
“Si veo la aleta nadando, admito que podría sentir un poco de frío”, admite un residente al micrófono de BFM Toulon Var. Henri Cavillon, el pescador que vio al tiburón de cerca, también admite a nuestros colegas de RMC que “tuvo cuidado” cuando vio el tamaño del tiburón pasar bajo su barco.
Sin embargo, los científicos y las asociaciones para la protección de la biodiversidad están encantados con esta observación.
“Hoy en día, los grandes tiburones del Mediterráneo están al borde de la extinción”, recuerda a BFMTV Matthieu Lapinski, presidente de la asociación Ailerons. “El gran tiburón blanco está en peligro crítico, es realmente el umbral máximo antes de desaparecer en estado natural. El hecho de que todavía haya animales que puedan coexistir con los humanos, especialmente en el Mediterráneo, es una buena noticia”.
Un miedo “injustificado”
Sobre todo porque los tiburones blancos en el Mediterráneo no deberían ser motivo de preocupación para los residentes y navegantes. François Sarano, oceanógrafo y antiguo compañero de viaje del comandante Cousteau, recuerda a nuestros compañeros de Var-Matin que su presencia es completamente normal.
“La presencia de un gran tiburón blanco, en este caso una hembra que probablemente haya alcanzado la madurez sexual, es grata, pero no hay que darle mucha importancia”, explica.
“Hay que saber que a mediados del siglo XX la población de grandes tiburones blancos era muy importante en el Mediterráneo”, prosigue el oceanógrafo, al tiempo que recuerda el estado actual de la especie “en peligro crítico de extinción en el Mediterráneo”.
Los grandes tiburones blancos son “principalmente víctimas de la pesca, ya sea selectiva o accidental”, explica François Sarano, quien también pide “no temer a esta especie” y habla de un miedo “injustificado”.
Señala que el número de accidentes relacionados con tiburones en todo el mundo es proporcionalmente bastante bajo, hasta el punto de que montar a caballo es más peligroso que nadar.
“De los cientos de millones de personas que nadan en todo el mundo cada año, el número de accidentes que involucran a tiburones (todas las especies combinadas) es menos de cien y si consideramos solo a los grandes tiburones blancos, llegamos a menos de diez accidentes. por año”, explica.
Las estimaciones científicas cifran en unos 800 tiburones blancos en el Mediterráneo.
Milán Argelas con Laurène Rocheteau