¿Quién ganará la apuesta? Philippe Ginestet, gran aficionado al póquer, no tiene la mejor mano en esta mesa en la que se vio obligado a sentarse. El jefe de Villeneuvois, ante las dificultades de Gifi, no tuvo más remedio que poner en venta su empresa, que factura 1.300 millones de euros. Desde entonces se han enviado cartas de intención para la adquisición.
Según buenas fuentes, seis de estas misivas mostrando interés en la tienda de descuento fueron enviadas. Entre ellos, la AFP cita al grupo familiar de Moez-Alexandre Zouari, propietario de Maxi Bazar y Stockomani, marcas que compiten con Gifi (lo que, en su caso, podría plantear problemas a la Autoridad de Competencia). Se menciona el nombre del grupo Carrefour, así como el de un operador extranjero. Es posible que otros candidatos aún levanten el dedo. Pero la conclusión del asunto no se producirá a corto plazo, dado el tamaño del grupo. El mandato de venta se enmarca en un procedimiento de conciliación iniciado este verano bajo los auspicios del presidente del Tribunal de Comercio de Toulouse.
Philippe Ginestet todavía tiene la mano. Sin su acuerdo no se puede realizar ninguna venta.
¿Qué escenarios?
A diferencia de un plan de transferencia que se llevaría a cabo en el marco de un procedimiento colectivo, por ejemplo una recuperación judicial, Philippe Ginestet todavía tiene el control. Sin su acuerdo no se puede realizar ninguna venta. Si se puede llegar a un acuerdo rápidamente, siempre que todas las partes estén de acuerdo, en esta etapa, según una fuente cercana al asunto, todavía no estamos discutiendo ofertas específicas. En este caso, la cuestión inmobiliaria podría ser una barrera.
Por el momento, Philippe Ginestet es sólo un vendedor de la marca Gifi, la sociedad comercial. Sin embargo, el fundador de Gifi posee, a través de otra entidad, el grupo GPG que preside, el inmueble de sus 700 tiendas. No estoy seguro de que todos los compradores estén dispuestos a ceder en este tema. Podrían exigir, bajo pena de retirar su oferta, la inclusión total o parcial de este complejo inmobiliario.
¿Podrá Philippe Ginestet ceder este imperio que construyó de la nada? ¿Pero tendrá otra opción? Al frente de un grupo que se tambalea ante una competencia proteica, la falta de acuerdo podría precipitarlo esta vez a un procedimiento colectivo ante el tribunal comercial. El jefe de Lot-et-Garonne ya no tendría el control. No es su costumbre.