¿Y si fuera el último? Rafael Nadal, que disputa la última competición de su carrera disputando la Copa Davis, puede que este martes se haya despedido del tenis. El español quizás deje huérfano el tenis tras este último golpe de derecha a la red y una victoria del holandés Botic Van de Zandschulp (6-4, 6-4 en 1h51). Lejos de su mejor nivel, “Rafa” dejó escapar el primer punto de estos cuartos de final ante Holanda. Su destino depende ahora del resto de individuales (entre Griekspoor y Alcaraz) y de dobles.
Qué especial debe ser este sentimiento. Haber abierto estos cuartos de final, en casa y en un ambiente de fuego, en Málaga. Pero sin saber si era su último partido, salvo que lo encontráramos en la mitad o incluso más lejos. Todos esperamos, amantes del tenis, que el mallorquín no haya dicho su última palabra. Y que aunque ya lo ha dado todo a sus 38 años, teníamos muchas esperanzas de verlo resistir mejor frente al 80º del mundo.
Nadal conmovido por el himno español
De forma irregular, Botic Van de Zandschulp incluso empezó con un juego de servicio ganado a pesar de tres dobles faltas. Hay que decir que hubo que aguantar el ambiente, el contexto y saber entrar en su burbuja mientras el himno de España había humedecido los ojos del toro de Manacor justo antes del saque inicial. Irregular (8 aces, 7 dobles faltas, 19 puntos de victoria), pero sin miedo, el holandés no tuvo miedo de atacar ante un tímido “Rafa”. Lo suficiente para romper en el mejor momento (para ponerse 5-4) y tomar las riendas de un partido carente de ritmo.
El mallorquín con 22 Grand Slams, que no jugaba en competición desde los Juegos Olímpicos, no tenía armas para imponer una densidad insoportable. Físicamente, las dudas que rondaban se confirmaron durante el partido, y cuando incluso se tomó el tiempo de limpiar la línea de fondo, empapada bajo las perlas de su frente. Poco destacado en la derecha (sólo 11 tiros ganadores en total), a Nadal le faltaron claves en devolución y longitud de la bola.
Con una desventaja de 2-0 después de un quinto juego ganado consecutivamente por Van de Zandschulp, el actual número 154 del mundo encontró algo de impulso para aguantar en el juego más disputado del partido. Un poco más agresivo, sus golpes parecían salir mejor de su raqueta pero la alegría duró poco (un doble break encajado detrás). Desafortunadamente, Rafael Nadal no logró poner de pie a la multitud, con la excepción de uno o dos lazos para los cuales tiene el secreto, y algunas voleas exitosas (¿una nueva arma?). Ésta es la altura de un hombre de 38 años desgastado por una carrera gigantesca, no la de una leyenda de este deporte. Esperando que siga escribiendo un poco más esta semana.