Desde Madrid venderán que a pesar de la abultada derrota, el Clásico femenino de ayer este sábado contó con un récord de asistencia al Alfredo di Stéfanoen el que se congregaron 5.210 personasy que tal cifra hace pensar que el interés del público en el Madrid femenino va creciendo a la par que la apuesta de la entidad en la sección. Nada más lejos de la realidad. Es difícil ponerle cifras porque muchos y muchas culés estaban repartidos por todo el graderío del pequeño estadio blanco, pero a ojo de buen cubero se podría decir que perfectamente un 20 o un 30% del aforo era azulgrana.
Las camisetas culés se veían por todos lados y los cánticos constantes así lo reflejaban. La propia Irene Paredes dijo tras el partido que “por momentos parecía que estábamos en el Johan”. Y así ocurrió. Sonaron de forma alta y clara los grandes éxitos del repertorio de las aficionadas y aficionados culés que suelen sonar en casa. Alexia, piña, Cata, Muerto, el padre, Patri, graham… todas escucharon su cántico personalizado, además de los clásicos ‘Un día de partit’ o el ‘ O le le, o la la, ser del Barça el millor que hi ha”. El público local sólo sabía reaccionar con pitos, e insultos, a las nobles formas de animar de los culés. Y de tanto en cuanto incluso apuntaban a casa con un ‘doblardimisión’.
El resultado fue que no sólo golearon las jugadoras sobre el césped con dianas de Patri (2), piña y Alexiasino que los fans en la grada estuvieron a la altura de sus jugadoras y dieron toda una lección de sentimiento, deportividad y animación, sin insultos, sin descalificativos, animando a las suyas sin pensar en las adversarias. Ni siquiera Olga Carmona fue reprendida segundos después de su terrible entrada a graham de la que salió impune. Cuando acabó el partido sonó por la megafonía fuerte, muy fuerte, el himno del Real Madrid. Sólo faltaba que después del meneo en el césped y en las gradas, la fiesta culé fuera a transcurrir dentro del campo. Una vez más quedó demostrado que el Barça no sólo tiene el mejor equipo del mundo sino que su afición es de otro planeta. Igual por eso no abren el Bernabéu, una marea blaugrana en el templo blanco sería una estocada mortal de necesidad.
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