Vinicius Jr. no levanta cabeza con Brasil. Otro partido y repite los mismos errores futbolísticos de siempre con un comportamiento que deja un reguero de polémica y acritud por allí donde pasa.
Si la ‘verdeamarela’ no fue la primera selección en ganar en estas eliminatorias sudamericanas en Venezuela, fue por un doble error de Vini, que desperdició un penalti decisivo y su posterior rebote. A la postre, los canarinhos tuvieron que oconformarse con un 1-1 que les dejó un regusto muy amargo, porque se habían ido al descanso ganando gracias a un tanto magistral de Raphinha en un libre directo.
Vinicius puede haber mejorado con Brasil, lo que fue bien visible en el primer tiempo, donde estrelló un balón al palo y asistió a sus compañeros.
Sin embargo, su actuación quedó empañada por una actitud negligente de la cual es reincidente tanto en el Real Madrid como en la Seleçao.
En el minuto 3, insultó gravísivamente al colegiado colombiano, Andrés Rojas. Las cámaras que transmitían el encuntro cazaron al madridista diciendo en portugués “vai tomar no c.”, lo que es de fácil traducción al castellano por “vete a tomar por el c…”. La repetición de la acción no dejó lugar para la duda.
Debió de ser expulsado. Un episodio más para su colección en fascículos de episodios de mala educación explícita y sentimiento de impunidad.
El Vinicius rabioso también apareció en la recta final del encuentro, cuando hubo varios encontronazos con los venezolanos. El extremo carioca fue el internacional brasileño visiblemente más transtornado, con las artimañas locales, que llegaron a conectar el sistema de riego, lo que obligó a parar el encuentro. Sin duda, al madridista le pesaba el error en el penalti. Y, otra vez, coqueteó con la expulsión en sus rifirrafes.
Sus números con Brasil no son buenos
Vini vive en el día de la marmota cada vez que juega con Brasil. En primer lugar, no marca las diferencias, lo que puede haberle pesado en las votaciones en el Balón de Oro.
Sus registros individuales en la Seleçao son, como mínimo, discretos e impropios de alguien que se autoproclama el mejor del planeta utilizando los microfonos y altavoces, siempre distorsionados, de la Caverna. Son solo cinco goles y cinco asistencias en 36 internacionalades.
En este 2024, solo ha visto portería en uno de los diez partidos disputados con la ‘verdeamarela’, de los cuales seis son de competición oficial: tres en la Copa América, donde se perdió el partido clave en los cuartos de final por acumulación de tarjetas, y tres más de clasificación para el Mundial. Su aportación ofensiva se limita al doblete que le hizo a Paraguay (1-4) en la primera fase del torneo continental.
Raphinha, por ejemplo, lleva tres goles en los dos últimos partidos de eliminatorias sudamericanas, a lo que hay que sumar un tanto de falta en la Copa América.
Vinicius puede haber recibido el capote de su seleccionador, Dorival Junior, que ha defendido que merecía ser el mejor del mundo, con los mismos argumentos que llevan repitiendo la prensa brasileña las últimas semanas.
Sin embargo, durante la transmisión brasileña del partido en Venezuela, y , en las mesas de análisis posteriores, no se entendía por qué había sido el encargado de lanzar el penalti decisivo, en lugar de Raphinha, que venía de convertir dos ante Perú (4-0).
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Ahora afronta con muchísima más presión el clásico contra Uruguay, que se disputará la madrugada del martes al viernes, en la Arena Fonte Nova, de Salvador.