PAGhablará, no hablará? Durante semanas, personas espirituales, políticas y de los medios han estado hablando sobre si Emmanuel Macron hablaría dentro de Notre-Dame de París durante la ceremonia de reapertura de la catedral el 7 de diciembre.
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Primicia: el Elíseo anunció finalmente, el 13 de noviembre, en un breve comunicado a los periodistas justo antes de la rueda de prensa de la diócesis de París, que el discurso presidencial se desarrollaría “en la plaza”, antes de la celebración litúrgica, y sería el tema de un discurso “bastante breve” para rendir homenaje a “quienes contribuyeron a salvar Notre-Dame”, con un momento especial para el general Georgelin, que dirigió el proyecto antes de morir en un accidente de montaña en agosto. 2023, y a la “historia política” de una catedral que es “un objeto religioso pero también un proyecto universal”. Discurso breve pero con una clara voluntad –como sospechamos– de captar mentes.
Sobre todo porque, se subraya en el Elíseo, el acontecimiento se retransmitirá en gran parte del mundo. “Será cuestión de marcar lo que es un éxito francés”, “en la continuidad del éxito que fueron los Juegos Olímpicos”. “Los franceses están llamados a alegrarse, cualesquiera que sean sus opiniones filosóficas o sus creencias”, dice en el Elíseo.
Última visita al sitio el 29 de noviembre.
Por tanto, no habrá discurso presidencial bajo las bóvedas de la catedral durante la celebración religiosa. El arzobispo de París, monseñor Laurent Ulrich, y el rector de la catedral, monseñor Olivier Ribadeau-Dumas, ganaron así la negociación sobre este delicado punto. “Las conversaciones con la Presidencia de la República fueron largas”, admitió monseñor Ulrich respondiendo a las preguntas de los periodistas durante la presentación de las fiestas. El arzobispo de París será, por tanto, el primero en entrar en la catedral, que es propiedad del Estado y de la que es beneficiario. “Estamos dentro de nuestros muros y entramos por la puerta que yo abro”, subrayó con firmeza el arzobispo.
LEA TAMBIÉN En Francia y en el mundo, el extraordinario poder de las catedralesPor tanto, el Jefe de Estado no invadirá el tiempo litúrgico. Pero seguirá siendo el primer líder –delicadeza diplomática– en… hablar en la catedral. Será el 29 de noviembre, con motivo de la última visita al lugar, después de un paseo del presidente por el edificio. Emmanuel Macron se detendrá en la nave –“de un blanco deslumbrante”–, el coro y las capillas laterales, y luego subirá a la estructura (había subido al tejado durante la visita anterior). Luego, hablará, ante los 2.000 compañeros y artesanos que trabajaron y una (pequeña) parte de los 340.000 donantes –la capacidad de la catedral es de 2.000 personas– para subrayar “la aventura humana que creó vínculos muy fuertes, y la exaltación de el espíritu de equipo más que el espíritu de equipo” que presidió este extraordinario proyecto.
Pero el primero, o más precisamente el primero en entrar en el recinto, no será ni el presidente de la República ni el arzobispo de París, sino una figura muda: la estatua de la Virgen María –saliendo intacta de las llamas– que recuperará su lugar al pie del pilar donde el poeta Paul Claudel recibió la revelación de la fe, al final de una procesión por las calles de París partiendo de la iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois, el 15 de noviembre.
Es esta ceremonia la que realmente inaugurará las celebraciones de reapertura, cuyo clímax comenzará el 7 de diciembre con los golpes de culatazos de Mons. Ulrich en la puerta del edificio, su apertura, la entrada del arzobispo solo. y el despertar del órgano, convocado ocho veces por el prelado, y luego la celebración misma en presencia del jefe de Estado. Por la noche hay un momento cultural, con muchos artistas.
37.000 peregrinos, 15 millones de visitantes
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Emmanuel Macron también asistirá a la mañana siguiente, sin comulgar, a las 10:30 horas, a la misa durante la cual el arzobispo consagrará el altar, esparciendo el bendito óleo del santo crisma e incienso. Allí se depositarán las reliquias de cinco santos. La primera misa abierta al público (con reserva previa) tendrá lugar por la tarde, a las 18.30 horas, y será retransmitida, como las demás ceremonias, por France Télévisions. Comenzará una octava –ocho días de celebración– que estará marcada –en particular– por la bendición del baptisterio el 10 de diciembre y la devolución de la corona de espinas de Cristo, colocada en un nuevo relicario en la parte trasera de la catedral, el próximo mes de diciembre. 13.
A partir del 16 de diciembre, la catedral de Notre-Dame debería volver a funcionar con normalidad, con tres misas al día (cuatro el domingo) y conciertos de música sacra que se organizan allí desde hace mil años. – bajo los auspicios de la maestría de Notre-Dame, caldo de cultivo para numerosos talentos, empezando por magníficat por Bach. Ya hay 37.000 peregrinos registrados; las reservas se pueden hacer mediante una aplicación móvil creada a finales de noviembre. Y esperamos 15 millones de visitantes al año. O incluso más, dada la influencia global que ha adquirido la emblemática catedral de Francia desde su incendio el 15 de abril de 2009 y su reapertura a bombo y platillo ante los ojos de todo el mundo.