El sentido común económico termina donde comienzan las tácticas políticas. Por eso nuestros dirigentes parecen incapaces de tocar el tótem de la indexación de las pensiones de jubilación. Laurent Wauquiez lo volvió a demostrar este lunes por la noche. El presidente del grupo Derecha Republicana en la Asamblea Nacional anunció, a las 20 horas en TF1, que había obtenido un compromiso de Michel Barnier sobre este tema explosivo: habrá un aumento de todas las pensiones el 1 de enero de 2025, por un importe de correspondiente a la mitad de la inflación. El 1 de julio, un nuevo impulso afectará esta vez sólo a los jubilados que perciben menos del salario mínimo.
Un desmoronamiento profundo de la ambición inicial. En el proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social, el Gobierno incluyó una congelación de las pensiones básicas durante seis meses, lo que prometía un ahorro de 4.000 millones de euros. En estos tiempos de dieta presupuestaria, quedarse con parte de esta ganancia inesperada es irresponsable. El ejecutivo disponía de un medio sencillo y eficaz -ya probado en el pasado- para reducir rápidamente el déficit público. Pero las consideraciones electorales volvieron a prevalecer.
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Un déficit de alrededor de mil millones de euros
El ministro de Cuentas Públicas, Laurent Saint-Martin, calcula el déficit en casi mil millones de euros. Para contrarrestarlo, el ex presidente de la región de Auvernia-Ródano-Alpes sugiere profundizar en el maquis administrativo atacando a este “centenar de organizaciones que se han desarrollado, cuyos presupuestos se han disparado”. Un objetivo ciertamente loable, pero muy incierto. En cualquier caso, será necesario considerar seriamente la cuestión y, por tanto, llevará tiempo. Y el gobierno no tiene eso.
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