Sam Cabral
Reportando desde Washington DC
El gobierno de Estados Unidos está compuesto por tres poderes del gobierno.
Cuando Donald Trump ganó la Casa Blanca la semana pasada, le dio el control del poder ejecutivo del gobierno estadounidense.
Los republicanos han obtenido la mayoría en el Senado y, como acabamos de mencionar, podrían conservar su mayoría en la Cámara de Representantes. Las dos cámaras juntas forman el Congreso de los Estados Unidos, o el poder legislativo del gobierno.
El primer mandato de Trump también ayudó a su partido a consolidar una mayoría conservadora de seis a tres en la Corte Suprema, que es el máximo responsable de la toma de decisiones en la tercera y última parte del gobierno: el poder judicial.
Trump tiene una agenda ambiciosa que podría llevarlo a reestructurar la administración federal, derogar o revertir políticas de la administración saliente de Biden y tomar medidas importantes en todos los ámbitos, desde la energía y la economía hasta la inmigración y la atención médica.
Como los republicanos controlan el ejecutivo y potencialmente todo el legislativo, pueden hacer avanzar sus ideas en cada cámara y enviar esos proyectos de ley a su escritorio. Una vez que los firma, se convierten en ley.
Los críticos y opositores aún podrían presentar impugnaciones legales a estas leyes, pero los tribunales pueden retrasarlas. Y si ese recurso falla, los partidarios republicanos pueden apelar muchas de esas decisiones y escalarlas a la Corte Suprema, lo que podría dar luz verde para seguir adelante.
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