¡Fue inolvidable! Massa do Galo hizo del MRV Arena el escenario de una fiesta nunca antes vista en el fútbol brasileño. No faltaron emociones y acciones para contagiar las gradas en la gran final de la Copa Betano de Brasil. Había una bandera en el césped, un mosaico 3D, banderitas, las banderas de la Hincha Organizada y muchos gritos de “¡Yo creo!”.
El autobús del Atlético llegó al Arena tras pasar por una Calle del Fuego especial para los aficionados, realizada bajo uno de los viaductos de la Vía Expressa. Bengala, humo y la multitud transmitiendo energía positiva a la delegación blanquinegra.
Alrededor de 1h30 antes del inicio, se desplegó la bandera de Galo en el césped del Arena MRV. La bandera de 105m x 40m ocupaba casi toda la región del campo de juego, recordando lo que hizo el Club en 1969, cuando enfrentó (y derrotó) a la gran selección brasileña que se convertiría en tricampeona del mundo.
Se escuchó la interpretación del Himno del Gallo a cargo del músico Podé, un deportista fanático, además de la tradicional entrada del Galo Doido. La tarde de locura continuó con un ambiente alucinante cuando entraron los jugadores del Atlético. A esta hora, clase Massa. El mosaico 3D era escalofriante para el alma. Gallo Loco apareció en tres versiones, la centrada con binoculares mirando dos copas de la Copa de Brasil.
Mientras tanto, el mosaico de fans – YO CREO – con las banderas blancas y negras ondeando en Nossa Casa. Espectáculo pirotécnico haciendo temblar el estadio, e incluso lanzamiento de papel higiénico, creando esa atmósfera de los aficionados de décadas pasadas. ¡Fue inolvidable!
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