Estadio de Brest. ¿Cómo se convirtieron los disparos de larga distancia en un arma eficaz?

Estadio de Brest. ¿Cómo se convirtieron los disparos de larga distancia en un arma eficaz?
Estadio de Brest. ¿Cómo se convirtieron los disparos de larga distancia en un arma eficaz?
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Primero fue esta recuperación instantánea de Hugo Magnetti contra el Sturm Graz, el primer gol de su historia del Stade Brestois en la Liga de Campeones. Recordamos entonces este gol instintivo y potente de Pierre Lees-Melou que empató contra el Bayer Leverkusen y puso alborotado a Roudourou. Por último, está esta recuperación tumbada (o deslizándose) de Edimilson Fernandes el pasado miércoles en Praga.

Tres goles desde lejos, todos en Champions. Nunca es una coincidencia. “Trabajamos posiciones en jugadas a balón parado, córners, estando siempre en el drop-off, está de acuerdo Éric Roy. Después también se necesita el éxito, que la pelota llegue al lugar correcto, que haya el gesto correcto. Ya sea con Hugo, Pierre o Edi, detrás, hubo un gran final. Mucho mejor. »

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“Cuanto más trabajas, más suerte tienes”

Evidentemente, hay un elemento de éxito en este tipo de gesto de alto riesgo. “Habría quedado igual de bien por encima del estrado” admitió Pierre Lees-Melou con su habitual sentido del humor, tras su primer gol en la Liga de Campeones.

Pero no todo es casualidad. “A menudo tiendo a decir que cuanto más trabajas, más suerte tienes, es un poco extraño”. desliza Éric Roy.

Si el gol de los suizos del miércoles llega tras una fase fija, estos tiros lejanos se deben al deseo del Brest de presionar. “Es obvio que cuanto más alto coloques el bloqueo del equipo y cuanto más puedas recuperar balones cerca de la superficie del oponente, más capacidad tendrás de ser peligroso inmediatamente”. “, admite Roy, precisando que la posición del bloque depende del oponente y del deseo de sus jugadores de presionar juntos.

En la primera parte contra el Niza, “Nuestro bloque de equipo estaba demasiado estirado”. Brest retrocedió, lo que dificultaba ser peligroso. “Por eso hay que tener unos detonantes apremiantes, o jugadores, que en un momento dado también sean capaces de decir: nos tranquilizamos un poco. Hay varias situaciones a gestionar. Y luego es la inteligencia de los jugadores la que marca la diferencia. Esto se llama coeficiente intelectual. » Al técnico del Brest no le faltan en su equipo.

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