Por una noche, la rue Daunou de París se transforma en Little America. Banderas, perritos calientes y cócteles en abundancia, en el Harry’s Bar, los expatriados y los turistas de paso por París tienen algo para recordar los grandes acontecimientos. Desde hace más de un siglo, durante cada elección estadounidense, la familia MacElhone organiza un “voto falso” que permite a cualquier persona con pasaporte estadounidense votar de forma falsa por uno de los dos candidatos presidenciales. “En cien años sólo nos hemos equivocado dos veces, lo que sigue siendo más fiable que un instituto electoral”, sonríe Franz-Arthur MacElhone, el actual propietario del lugar.
Donald Trump por K.-O.
A partir de las 19:00 horas, los invitados se apresuran a disfrutar del bar, mientras que los que llegan tarde introducen su papeleta en la urna cerrada con candado. Cada semana, el establishment cuenta los papeles y desde el viernes pasado Donald Trump está al frente. Pasan las horas y a las 23 horas llega el gran momento. El equipo cuenta y vuelve a contar los votos y unos minutos después, Franz-Arthur MacElhone anuncia “568 para Donald Trump y 534 para Kamala Harris. » En el bar es un shock. Elisa, una habitual aquí, tiene dificultades para aceptar la elección de los estadounidenses expatriados o de vacaciones: “Estoy muy preocupada por los estadounidenses pero también por el mundo… En relación con la guerra en Ucrania, en relación con todos los temas internacionales que nos ocupan hoy y también en relación al calentamiento global, la ecología…”. Para Jérémy, un estadounidense expatriado en París, la esperanza (o la negación) prevalece sobre la decepción. “No quiero creer que sea esta votación la que determine el resultado mañana por la mañana o dentro de tres semanas. » Los franceses son los primeros en abandonar el lugar, los estadounidenses planean vivir juntos, una nueva página de su historia.
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