Un nuevo acontecimiento importante sacude el mundo del boxeo internacional y expone la manipulación orquestada por la Federación Argelina de Boxeo. Al ocultar el sexo real de su “boxeador”, o más bien de su boxeadora, Imane Khelif, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, este organismo no sólo engañó a los competidores sino que también violó las reglas fundamentales de la ética deportiva.
La reciente divulgación de un informe médico ha puesto de relieve una información que ya no se puede ignorar: el documento, obtenido por un periodista francés, revela que Imane Khelif Tiene testículos internos, un micropene y cromosomas XY.signos inequívocos de una condición genética incompatible con las competiciones femeninas. Además, indica este informe, firmado por especialistas del hospital Kremlin-Bicêtre de París y del hospital Mohamed Lamine Debaghine de Argel en junio de 2023. la ausencia de un úterolo que confirma que la boxeadora inscrita por Argelia en la categoría femenina no tiene en realidad el perfil biológico necesario para competir entre mujeres.
Este escándalo, lejos de ser aislado, recuerda los múltiples intentos de fuga de la Federación Argelina frente a las estrictas normas internacionales, destacando una estrategia de fraude orquestado en detrimento de la justicia deportiva.
Ya en 2023, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) tomó medidas para excluir a Khelif de la pelea por la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Nueva Delhi, tras descubrir anomalías cromosómicas. Pero a pesar de esta prohibición, la Federación Argelina no dudó en continuar con su ocultamiento, tratando de transformar una pelea deportiva en una escena de trampa institucional.
Lo que este asunto revela no sólo es una falta de transparencia sino también una falta de respeto por los valores del olimpismo y por los atletas de todo el mundo que luchan con honestidad. Ante tales revelaciones, el silencio o la complicidad tácita de los organismos deportivos internacionales sería un insulto a los ideales que dicen defender.
Ya es hora de que se apliquen sanciones ejemplares para desalentar este tipo de trampas y restaurar la credibilidad del deporte. Ha llegado el momento de que la Federación Argelina de Boxeo responda de sus acciones y asuma las consecuencias de sus engaños. El mundo del deporte debe decir no a la manipulación y reafirmar su compromiso con la justicia y la integridad competitiva.
Abderrazzak Boussaid/Le7tv
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