Su nombre es Sarah Saldmann. Abogada, amante de los productos de lujo, figura de los “bocazas”, invitada regularmente en Cnews y por Cyril Hanouna, no tiene palabras lo suficientemente duras para atacar a los “asistidos” y no deja de decir que el salario mínimo “ya no está disponible”. malo”. François Ruffin, que la conoció en el mismo plató de RMC, le propuso intentar vivir tres meses con 1.300 euros. De esto surgió esta película, “Au travail”, codirigida con Gilles Perret. “Hago una película para la risa, las lágrimas, la emoción, el toque de fantasía y particularmente en estos tiempos de tristeza”asegura el diputado del Somme François Ruffin y coautor de este largometraje, responsabilizándose de posibles clichés en la película.
“Por más que podamos mirarla como folclórica, me tomo muy en serio sus prejuicios. Si fueran sólo sus prejuicios, estaríamos tranquilos, pero hoy en día, están muy anclados en las propias clases populares”cree François Ruffin. “La eliminación de estos prejuicios contribuye a su desminado en la sociedad”asegura. El encuentro entre los franceses y este abogado produce “Enfado, cuando la gente oye que hay relojes de 50.000 euros y bocadillos de 54 euros”pero también provoca “venganza social”dijo. “Cuando Louisa, la cuidadora que hace que Sarah Saldmann limpie los baños. Estas personas, que para mí son los héroes de la película, nunca tienen derecho a responder, y ahí, por una vez, alguien baja de su pedestal, se coloca como un igual y ofrece un derecho de réplica.”
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François Ruffin descarta la sospecha de demagogia. “En nuestro país, los franceses deben poder vivir bien de su trabajo y no sobrevivir de él. (…) Estamos haciendo una película, tenemos la convicción de que la emoción es una fuerza motriz. Si logramos Darle a la gente las ganas de querer ya no está mal”dice. El tema de esta película, “No es Sarah Saldmann, sino estas personas, Nathalie, Sylvain y Louisa, a quienes nunca vemos, mostradas de manera excelente en la pantalla, personas que son geniales todos los días”dice el diputado. Finalmente confirma que “enojado” con el abogado sobre la guerra entre Israel y Hamás. “Le dije que no podía ser humanista aquí y no serlo en Gaza”explica François Ruffin.