Jenaro Lorente
Madrid, 3 nov (EFE).- Con el corazón y el foco en Valencia y en el Levante. Así triunfó el Atlético ante el Las Palmas (1-0) en un encuentro que posiblemente no debía haberse jugado, ni el partido ni la jornada en general, por respeto a la víctimas de la catástrofe.
Lo afirmó Simeone, el técnico rojiblanco, en la víspera. “Está claro que esta jornada no debía haberse disputado. Hay mucha gente que lo está pasando muy mal. Es muy triste, pero a nosotros nos dicen que a seguir y aquí estamos, siguiendo”, había afirmado el “Cholo”.
Y con la mente en Valencia comenzó el partido. Con recogida de alimentos en las afueras del Metropolitano. Con un imponente y sobrecogedor minuto de silencio en honor a los damnificados. Con el himno de la Comunidad Valenciana mientras ambos equipos formaban en el centro del campo. Con las pancartas de las dos peñas rojiblancas en la zona devastada en las manos de los futbolistas atléticos, la Peña Atlética Centenario Paiporta y la Peña El Paradón de Utiel. Con un largo y conmovedor aplauso de toda la grada (56.610 espectadores) como respuesta al homenaje. Con rostros impresionados en muchos aficionados.
En el césped, el Las Palmas, ordenado atrás, sólo se preocupaba de mantener su portería a cero mientras el Atlético cocinaba un tanto que lo sacase de la cueva. Lo logró Giuliano Simeone en el minuto 37. El hijo del entrenador recogió un preciso servicio de Nahuel Molina en un perfecto desmarque, controló el balón con la cabeza, avanzó metros, se plantó delante de Cillesen y le batió de tiro cruzado. Un gran gol y una gran ovación para el vástago del técnico. Padre e hijo no pueden disimular su parecido en el terreno de juego. Los mismos gestos, las mismas encendidas celebraciones, la misma garra. De tal palo, tal astilla.
Tras el tanto, otra vez el homenaje a los afectados por las horribles inundaciones. Giuliano y Koke agarraron una camiseta rojiblanca con el lema ánimo y fuerza. En la segunda mitad, más de los mismo. Dominio atlético y conservadurismo de Las Palmas, pero incertidumbre por un corto marcador. En el minuto 58, Cillesen da el susto tras un encontronazo con Nahuel Molina. El defensa rojiblanco le da en la cabeza con la bota en el intento de llegar a un balón cuando el portero lo atrapaba. Se activa el protocolo por conmoción cerebral y el cancerbero es sustituido en camilla e inmovilizado ante el aplauso generalizado.
Hasta el minuto 83 no sentenció Sorloth. El noruego enganchó con la zurda un bonito disparo a la red tras un pase de Rodrigo De Paul. 2-0 y partido solucionado. Poco después Giuliano es sustituido ante el clamor de la grada con una ovación de gala al nuevo héroe. El Atlético se embolsa tres puntos cruciales para ver algo de luz al final del túnel que provocaron las derrotas anteriores. Fue un triunfo con el corazón en el Levante español. EFE.