Los recortes financieros se producen tras la negativa de Andrew a desalojar su casa de 31 habitaciones y valorada en 38 millones de dólares, Royal Lodge, que comparte con su ex esposa, Sarah Ferguson.
La locutora británica Helena Chard dijo a Fox News Digital: “El rey Carlos se da cuenta de que el príncipe Andrés viviendo en Royal Lodge no tiene buena pinta. La reputación del príncipe Andrés está en su punto más bajo. Perdió el respeto de la nación. Y, sin embargo, su ego está en su punto más alto. No tiene sentido. Se ha obstinado y se niega a abandonar el hogar que ama, la prestigiosa Royal Lodge”.
Según informó el UK Times, el príncipe Andrés ha vivido en Royal Lodge desde 2004, en virtud de un contrato de arrendamiento de 75 años firmado el año anterior. El mantenimiento de la propiedad cuesta alrededor de 503.000 dólares al año. Los informes sugieren que el rey Carlos cubriría los costos de vida de Andrew si se mudara a Frogmore Cottage, la antigua casa del príncipe Harry y Meghan Markle. Según el medio, el rey Carlos también acordó mantener a Sarah Ferguson, la duquesa de York.
Sin embargo, según se informa, Andrew se “niega” a reducir su tamaño. Un portavoz del Palacio de Buckingham le dijo a Fox News Digital en ese momento que no harían comentarios sobre “cuestiones de seguridad”.
La popularidad de Andrew ha recibido un gran golpe desde que llegaron a los quioscos las noticias de su conexión con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein. Aunque Andrew ha negado repetidamente cualquier conexión con los crímenes de Epstein, decidió alejarse de sus deberes reales en 2019. En 2020, Virginia Giuffre presentó una demanda contra Andrew, acusándolo de explotación sexual cuando ella tenía 17 años.
Aunque Andrew negó las acusaciones, llegó a un acuerdo con Giuffre en 2022 e hizo una donación a su organización benéfica, afirmando que no tenía la intención de dañar su carácter.